La fiebre no afecta a los ancianos del mismo modo que a los individuos más jóvenes, por esto, es útil saber cómo se puede evitar la fiebre en las personas mayores y cómo los cuidadores a domicilio de Beeping pueden ser de gran ayuda.
El aumento de la temperatura del cuerpo de forma temporal por encima de los 37,5 °C se puede definir como fiebre. Esta aparece como una manifestación de la respuesta del sistema inmunológico, el cual hace lo posible para defenderse de los procesos infecciosos o como reacción ante una enfermedad.
Esta puede afectar a todas las personas sin distinción de edad, no obstante, es importante mencionar que en los ancianos, la fiebre ataca de forma más brusca, resultando bastante dañina para su salud. En vista de ello, hablaremos sobre cómo se puede evitar la fiebre en las personas mayores y cómo los cuidadores de Beeping pueden ayudar en gran medida.
Fiebre en los ancianos, ¿cómo les afecta?
Lo primero que hay que saber sobre la fiebre en ancianos, es que esta no se presenta de la misma manera que en individuos más jóvenes. Esto se debe al desgaste que sufre el sistema inmunológico con el paso de los años, el cual impide que el cuerpo resista los ataques al organismo del mismo modo.
Entre los efectos destacados que puede provocar la fiebre en personas mayores, se pueden mencionar los siguientes:
- La temperatura supera los 40 °C, o por el contrario, no alcanza los 35 °C.
- Intensos dolores en ciertas áreas del cuerpo, como pueden ser la cabeza, el cuello y los hombros.
- Hipertensión arterial.
- Debilitamiento de las funciones del cerebro tales como confusión, desorientación o pérdida de la memoria, entre otras.
- Dificultad respiratoria.
- Manchas rojas en la piel, debido al sangrado subcutáneo.
- Irregularidades en la frecuencia cardíaca con aceleración respiratoria.
Estos son solo algunos de los problemas más comunes que puede provocar la fiebre en los ancianos, sin embargo, hay que tener en cuenta que cada cuerpo puede tener una reacción diferente, con la aparición de otras dificultades distintas a las anteriormente mencionadas.
¿Qué hacer cuando una persona mayor tiene fiebre?
Como ya se ha explicado, la fiebre en los ancianos puede ser síntoma de algún proceso infeccioso o bacteriano, así como también un indicio de alguna otra enfermedad más grave. Pero cualquiera que sea el caso, es fundamental actuar con rapidez y no dejar que la temperatura aumente, puesto que los efectos pueden ser severos.
Entonces, lo que se puede hacer es administrar los medicamentos recomendados para la fiebre, como por ejemplo: paracetamol, ibuprofeno y otros afines. Estos se deben dar cada ocho horas, con abundante agua, y sin detener el consumo hasta que la fiebre baje.
Asimismo, para hacer más rápido el proceso, es recomendable cubrir a la persona mayor con ropa abrigada o unas mantas cálidas, pero ligeras, para evitar los escalofríos; también, se deben suministrar alimentos calientes y sencillos de digerir, como sopa de pollo, por ejemplo.
En los casos donde la fiebre no baje, sobre todo si la persona mayor tiene problemas de salud, se pueden colocar compresas de tela humedecidas con agua fría, en zonas claves como las axilas y la frente. Igualmente, se puede llevar a la persona a la ducha para un baño con agua tibia.
Actuación de los cuidadores a domicilio
Finalmente, ya sea que la fiebre aparezca por un proceso infeccioso, viral o bacteriano en progreso, o como síntoma de una enfermedad, en las personas mayores es muy importante mantenerse alerta y en observación. Por tal motivo, una buena idea es contratar los servicios de los cuidadores de personas mayores a domicilio que ofrece Beeping.
Estos son profesionales especializados en los cuidados y atenciones geriátricas, por lo que pueden hacerse cargo de todas las necesidades que requiera la persona mayor. Aunque también están aquellos que presentan su ayuda para las labores del hogar o para hacer recados, con el fin de poder hacerse cargo del anciano.
