Cómo preservar la memoria con la edad
Seniors using weights in a retirement home

Cómo preservar la memoria con la edad

El cerebro es un órgano complejo que puede verse gravemente afectado a medida que envejecemos. Pero ¿por qué la memoria comienza a fallar y qué podemos hacer para preservar nuestra memoria el mayor tiempo posible?

Aquí algunos consejos para ayudar a que nuestra memoria no nos falle con la edad:

Minimizar el estrés
Una y otra vez los profesionales de la salud nos han explicado cómo el estrés puede deteriorar nuestra a salud. Si bien el estrés a corto plazo y el estallido de adrenalina que normalmente lo acompaña pueden ser positivos para nuestra salud, es menos probable que las fuentes de estrés a largo plazo sean beneficiosas. Un descubrimiento sorprendente es que el estrés crónico tiene el potencial de afectar negativamente a la memoria.

Los científicos han descubierto que el cortisol, la hormona producida por la glándula suprarrenal en respuesta a situaciones estresantes, puede tener un impacto significativo en nuestra capacidad para almacenar y recordar. Por ejemplo, estudios han demostrado que los testigos de las escenas del crimen tienden a tener una mala puntuación cuando se les pide que identifiquen al perpetrador o a la víctima ya que se encuentran en una situación estresante. Se ha demostrado que los testigos identifican de manera más efectiva a un delincuente potencial cuando miran fotografías ya que esto involucra menos estrés.

Hacer ejercicio
El ejercicio puede ser una forma eficiente de aumentar y potenciar la memoria. Se ha demostrado consistentemente que el ejercicio ofrece una gran cantidad de beneficios para nuestra salud, desde proteger nuestro sistema cardiovascular hasta facilitar las actividades diarias. Sin embargo, el cuerpo y la mente están estrechamente relacionados, y la creciente evidencia sugiere que el ejercicio regular puede beneficiar tanto la memoria como los músculos.

El hipocampo se va reduciendo a medida que envejecemos, lo que conlleva al envejecimiento natural de la mente y muchos de los problemas de memoria que asociamos con el envejecimiento. El ejercicio, sin embargo, puede representar un arma poderosa contra este proceso.

El mensaje parece bastante claro: si queremos mantener nuestra memoria el mayor tiempo posible, tenemos que mantenernos lo más activos posible ya que es altamente beneficioso para nuestra salud física y mental.

Come bien
Los radicales libres, que existen en el entorno que nos rodea y se producen como un subproducto del metabolismo normal, se han asociado durante mucho tiempo con el envejecimiento natural. Al mismo tiempo, los antioxidantes son la forma en que la naturaleza nos protege contra el daño que los radicales libres pueden hacer. Del mismo modo que los radicales libres están implicados en todo, desde cáncer de piel hasta enfermedades cardíacas, también pueden contribuir a disminuir la memoria con la edad.

Si bien hay muchos nutrientes que se sabe que tienen propiedades antioxidantes, posiblemente el más conocido de todos sea la vitamina E. Estudios han demostrado los beneficios para la memoria de la vitamina E son infinitos y que bajos niveles de vitamina E en la sangre se asocian de manera consistente con una memoria defectuosa. Las grandes fuentes naturales de vitamina E incluyen almendras, espinacas, camote, aguacate, semillas de girasol y calabaza, así que debemos tratar de incluir esta gama de alimentos en nuestra dieta para un impacto máximo.

Mantener el corazón saludable
La mayoría de nosotros hemos oído hablar de la enfermedad de Alzheimer; la forma más común de senilidad o demencia. La demencia, por supuesto, se caracteriza por un deterioro cognitivo que conduce a una disminución de la memoria, especialmente en lo que respecta al acceso a la memoria a largo plazo. De lo que quizás no sepamos tanto es sobre la demencia vascular, segundo tipo más común de demencia. Como su nombre lo indica, esta forma de senilidad está estrechamente relacionada con cambios en el sistema circulatorio, incluidos el corazón y los vasos sanguíneos.  Estudios han encontrado relaciones claras entre la salud del corazón y la demencia. Por ejemplo, hay estudios que han afirmado que aproximadamente el 30% de todos los pacientes con accidentes cerebrovasculares experimentarán un grado de deterioro cognitivo. Otro estudio que involucró a 10,963 voluntarios que fueron seguidos durante un período de seis años encontró que la presión arterial alta (hipertensión) se asoció con el deterioro cognitivo.

Ya que el riesgo de una enfermedad cardíaca es real, este riesgo debe ser motivo suficiente para llevar una dieta saludable para el corazón. Afortunadamente, con algunos cambios simples, cualquiera puede lograr mantener un corazón saludable. La reducción de la ingesta de sal, la limitación del consumo de alcohol y la acumulación de alimentos ricos en fibra, como frutas y verduras, pueden ayudar significativamente. Simplemente, hay que informarse y saber sobre cómo alimentarse para tener una buena salud del corazón.

Controlar la ingesta de azúcar
Minimizar el consumo de azúcar puede ayudar a preservar la función cognitiva.

Lo que sabemos de estudios hechos recientemente, es que los influjos repetidos y repentinos de azúcares refinados provocan que los niveles de azúcar en la sangre aumenten. A su vez, nuestro cuerpo reacciona liberando grandes volúmenes de insulina, alentando a nuestras células a absorber la glucosa necesaria para la función cotidiana. Tristemente, cuando estos picos repentinos ocurren regularmente, el cuerpo puede comenzar a desarrollar resistencia a la insulina, con el potencial muy real de desarrollar diabetes tipo 2. La diabetes tipo 2 ha crecido a proporciones epidémicas en las últimas décadas, gracias a nuestros estilos de vida más sedentarios y la facilidad de acceso a los alimentos procesados ​​que son ricos en azúcares refinados. Tristemente, la diabetes puede tener efectos significativos en la salud, incluidos daños a los nervios, enfermedad renal y complicaciones con la visión. La diabetes también se considera un factor de alto riesgo para las complicaciones de la memoria.

Mantener el cerebro activo
Cuanto más activas se mantienen nuestras mentes, más lenta es la disminución de la memoria relacionada con la edad.

Una investigación sorprendente, llamada Estudio de Salud y Retiro, siguió a 16.638 jubilados. Se pidió a los participantes que completaran extensas encuestas sobre su estilo de vida y también tomaron parte en pruebas que les obligaron a recordar palabras que previamente se les había pedido recordar. Se observó una relación clara. Aquellos individuos considerados «socialmente integrados» experimentaron niveles más bajos de pérdida de memoria con la edad que sus pares. De hecho, se informó que las personas que tenían la mayor interacción social, como con compañeros, vecinos o niños, experimentaron un declive en la memoria de solo la mitad que de aquellas personas menos sociables. Parece que interactuar con otros, lo que en esencia ejercita el cerebro con regularidad, ayuda a disminuir el índice de disminución de la memoria relacionada con la edad.

Los estudios también han demostrado además que las personas con un alto nivel de educación, que leen copiosamente, o que pasaron su carrera haciendo un trabajo que requiere altos niveles de estimulación mental, son estadísticamente mucho menos propensas a padecer de demencia con la edad.

Conclusión
Ya que ninguno de nosotros puede detener el tiempo para siempre, existe una gran cantidad de evidencia que sugiere que cuidarnos bien, puede ayudar a protegernos contra la pérdida innecesaria de memoria. Mucho omega-3, frutas y vegetales abundantes en antioxidantes, mantenerse activo tanto física como mentalmente y evitar el estrés innecesario nos ponen en la mejor posición posible para preservar e incluso mejorar nuestra memoria con la edad.

 

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