abordaje terapéutico interdisciplinar

La complejidad de la enfermedad de Parkinson hace esencial un abordaje terapéutico interdisciplinar

El ejercicio aeróbico mejora el estado de ánimo, la cognición y la función del lenguaje en la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, las expectativas de mejorar la calidad de vida de un enfermo de Parkinson también dependerá de cómo hacer frente a síntomas emocionales y anímicos como la apatía, la ansiedad y la depresión que puedan aparecer. Por ello, los profesionales de fisioterapia, psicología y terapia ocupacional de Ballesol insisten en que la complejidad de la enfermedad hace esencial que el abordaje terapéutico sea interdisciplinar y que los objetivos y terapias  aplicadas cambien en función de la evolución de la enfermedad.

“Debemos tomar conciencia sobre la relevancia del sentimiento de vulnerabilidad de las personas con enfermedad de Parkinson”, alerta Natalia Perea Torres, coordinadora de Psicología de Ballesol, que añade que “más del 60 % de los pacientes con EP se encuentran en estadios tempranos, de modo que realizar una educación terapéutica en estos pacientes puede prevenir o retardar el empeoramiento de los síntomas y mejorar su calidad de vida a través de los autocuidados”.

Los expertos destacan la importancia de normalizar y visibilizar una enfermedad que pese a estar asociada a personas mayores, padecen y son diagnosticadas 1 de cada 5 personas menores de 50 años.

En personas institucionalizadas el uso de recursos y actividades para ayudar al paciente a desarrollar conexiones sociales saludables es determinante en su evolución y expectativas. “Estamos hablando, por ejemplo, de clases grupales de determinados ejercicios,  sesiones de arte-terapia grupales, o actividades como la jardinería y la cocina”, mediante las cuales se pretende que síntomas emocionales y anímicos como la apatía, la ansiedad y la depresión se reduzcan en la enfermedad de Parkinson, resalta Perea Torres.

Marcha nórdica o tai-chi

Hacer ejercicio aeróbico con regularidad durante las primeras décadas de la vida, “incluso  practicar tai-chi, yoga, boxeo o baile pueden ser especialmente beneficiosas para disminuir las posibilidades de desarrollar párkinson”, aporta Jorge Sanz Núñez, coordinador de Fisioterapia de Ballesol.

La complejidad de la EP “hace esencial que el abordaje terapéutico sea interdisciplinar y que en función de la evolución de la enfermedad, los objetivos y  terapias  aplicadas cambien”. Todo ello, sin perder de vista el “objetivo final de paliar el avance  de la sintomatología de la enfermedad y centrarnos  en conservar el mayor tiempo posible su independencia”, resalta Sanz Núñez.

Por lo tanto, es fundamental que la  intervención del fisioterapeuta esté siempre en función del estadio de la enfermedad:

  1. Debut de la enfermedad. Aparece la llamada triada parkinsoniana: hipertonía (rigidez muscular), bradicinesia (lentitud de movimiento) y temblor en reposo.                      
  2. Trastornos posturales.
  3. Trastornos de equilibrio y afectación reflejos posturales y enderezamiento (aumento del riesgo de caída)             
  4. Incapacidad AVD: “Fenómeno on-off”. Pasan de estar muy activos a  un estado pasivo en silla o en cama.
  5. Confinamiento silla o en cama.

En el abordaje terapéutico de la enfermedad de Parkinson la influencia de la terapia ocupacional debe estar dirigida “hacia la prevención y mantenimiento de su funcionalidad en las Actividades de la Vida Diaria (AVD), así como a fomentar su participación en actividades significativas”. Por eso Tania Berrio Mansilla, terapeuta ocupacional en estas residencias de ancianos, destaca la importancia de la “gerontogimnasia, fomentando la movilidad física general para mantener rangos articulares, balance muscular, equilibrio y coordinación al asesoramiento, así como también el entrenamiento en productos de apoyo o indicaciones ambientales”.

 

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