En los países industrializados, las tasas de suicidio aumentan con la edad, con una mayor incidencia entre los varones mayores de 65 años, y, particularmente, entre las personas de más de 75 años, donde se observa una tasa más elevada de suicidio consumado.
En cuanto a las cifras: de los 3.941 suicidios que se produjeron durante el año 2020, más de 1.000 fueron de personas mayores de 70 años, lo que supone un 26% del total. Así mismo, entre los mayores de 79 años la cifra de suicidios se incrementó en un 20% respecto al año 2019, tanto en hombres como mujeres.
No es una enfermedad que no tenga cura
Sobre esta realidad han querido dar visibilidad al suicidio Arianna Núñez, responsable de proyectos psicosociales; Sandra Revés, supervisora de los servicios de teleasistencia y Julia Sánchez, teleoperadora de los servicios de teleasistencia de Tunstall Televida. Entre ellas nos aclaran cómo la teleasistencia ayuda a muchas personas mayores que viven situaciones de especial vulnerabilidad y cómo a través de ella reciben la ayuda que necesitan.
Se trata de una realidad que no distingue de sexos ni de edades, aunque sí es cierto que las tasas de suicidio aumentan con la edad, y tiene una mayor incidencia entre los varones mayores de 65 años, siendo la tasa más elevada la registrada entre los mayores de 75 años.
Núñez reconoce que estas situaciones sí pueden prevenirse. «Es un problema prevenible siempre, aunque no siempre puede evitarse, como nos dicen los datos que, en verdad, son desalentadores. No es una enfermedad que no tenga cura. Se puede prevenir y para ello hace falta mucha sensibilización, hace falta hablar mucho de ello, saber escuchar a personas que puedan encontrarse en esta situación. Lo que mata realmente es no hablar de ello».
Los factores de riesgo que pueden llevar a una persona mayor a esa situación extrema son diversos, ya que estos son el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociológicos, culturales y ambientales. En muchas ocasiones, las causas que llevan a las personas mayores a un intento de suicidio están relacionadas con una depresión, con el aislamiento social y familiar y con dolor físico crónico y de intensidad.
La teleasistencia como herramienta de prevención y detección
Tunstall Televida ha querido sumar su granito de arena a la labor de la concienciación que pide la Organización Mundial de la Salud para abordar las situaciones de suicidio. Y lo ha hecho con un mensaje claro: «Hablar del suicidio ayuda«, y la teleasistencia puede hacer mucho en este sentido. Por eso han lanzado la campaña Conversar para conversar, en la que se insiste en que una conversación puede ser el inicio de lo que frene las intenciones suicidas de las personas en un momento dado.
Protocolo de detección y prevención del suicidio desde el servicio de teleasistencia
Tunstall Televida ha desarrollado un protocolo de detección y prevención de suicidio desde el servicio de teleasistencia, que ya está implementado en la mayoría de los proyectos de teleasistencia que gestiona. Este protocolo permite identificar conductas suicidas en las personas usuarias a las que se atiende y derivarlas a los servicios sociosanitarios para su atención. Además, desde el propio servicio se adapta el plan de atención personalizada en función de los resultados obtenidos a través del instrumento de detección.
Y también es importante que «las personas sepan que no están solas, que las situaciones pueden cambiar», recuerda Núñez explicando el objetivo último de esta campaña e insistiendo en que ese cambio puede comenzar «con una simple conversación», concluye.
En el programa de radio Palabras Mayores (17 de septiembre) se ha abordado este asunto. Puedes escucharlo aquí:
