Los centros de día facilitan la integración de las personas mayores con enfermedad neurodegenerativa

Los centros de día facilitan la integración de las personas mayores con enfermedad neurodegenerativa

Los centros de día Stima facilitan la integración de las personas mayores con enfermedad neurodegenerativa, porque ofrecen una atención profesional especializada para las distintas enfermedades neurodegenerativas, como son el deterioro cognitivo leve, la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, el ictus, la pseudodemencia depresiva u otra manifestación clínica de demencia.

Todas estas patologías son tratadas por un equipo multidisciplinar integrado por diversos departamentos: medicina y enfermería, neuropsicología, terapia ocupacional, fisioterapia y el conjunto de profesional de atención directa (técnicos de atención socio-sanitaria).

En el momento de ingreso en el centro, los diferentes profesionales les acogen y el equipo técnico procede a realizar una valoración completa. A través de dicha evaluación, es cuando se pueden establecer los diferentes objetivos para trabajar con el adulto mayor, siempre en relación con sus preferencias y ajustándose a las condiciones cognitivas, físico y funcionales que presenta la persona. Se trata de personas que presentan desde cambios cognitivos asociados al envejecimiento normal, ligero déficit cognitivo y los grados de deterioro cognitivo leve, moderado y severo.

Beneficios para el mayor

Uno de los principales beneficios que conlleva la asistencia del adulto mayor a los centros de día es la vuelta a la socialización. Con el paso del tiempo las personas mayores tienden a quedarse en casa y pueden llegar a no ver a nadie durante días. “De esta situación se pueden derivar otras complicaciones asociadas al deterioro cognitivo como son la apatía y la sintomatología depresiva”, comenta Ana María Camacho, coordinadora de Neuropsicología de los centros de día STIMA.

“La asistencia al centro de día ofrece un lugar de encuentro con personas de edades similares, que compartirán no sólo experiencias vividas, sino también valores e incluso ideas de futuro. Asimismo, constituye una actividad que rompe con la rutina establecida de la persona mayor ya que el hecho de acudir presencialmente al centro le deja sin excusas para quedarse en casa”, añade.

Además, el aprendizaje y el mantenimiento de las capacidades son otros de los objetivos principales, por lo que los centros de día se convierten en el lugar más recomendable para las personas mayores que presenten alguna enfermedad neurodegenerativa.

Uno de los mayores beneficios es la posibilidad por parte de la persona a volver a su casa tras finalizar su estancia en el centro. Es decir, vuelve a su propio hogar, con sus cosas y sus costumbres, lo cual retrasa la decisión familiar de institucionalizar a la persona en una residencia.

Beneficios para los familiares

No obstante, los beneficios del centro de día no solo se observan en los adultos mayores que asisten a ellos, sino también en los familiares y/o cuidadores principales. “Para los familiares supone un alivio y apoyo a los cuidados que ofrecen a su familiar, proporcionando la ayuda necesaria para llevar de una manera más sencilla todo el esfuerzo que conlleva atender a una persona mayor con dificultades cognitivas. Las horas de estancia en el centro constituyen un espacio de aire, de descanso tan necesario para volver a reunir las energías necesarias”, concluye la experta.

Compartir en FacebookCompartir en TwitterCompartir en LinkedInCompartir en WhatsApp