La lavandería juega un papel muy importante en los centros sociosanitarios porque proporciona higiene y bienestar al usuario, lo que repercute en su calidad de vida. Por esta razón, las residencias se esmeran en conseguir buenos resultados, ya sea autogestionando los recursos o externalizando la tarea. Ambas opciones son interesantes y pueden rentabilizarse de forma adecuada siempre que se cuente con maquinaria apropiada y personal cualificado y formado en esta especialidad, ya que solo de este modo se pueden suplir las necesidades concretas de cada centro. Asimismo, se debe tener presente el compromiso del sector con el medio ambiente, un deber que las compañías que ofrecen soluciones integrales de lavandería ponen fácil y que los familiares de los mayores valoran muy positivamente.
En una residencia de mayores convergen muchas actividades profesionales en torno a la calidad del usuario, y algunas de ellas ofrecen la posibilidad de externalizarse. Dos ejemplos comunes son la cocina y la lavandería.
Todavía son mayoría los centros que se decantan por seguir lavando la ropa “en casa”, pero cada vez son más los que se animan a buscar la especialización en empresas expertas que cuenta con equipos eficaces y servicios flexibles. Así lo explica la consejera-directora general de La Saleta, Ana García: “La búsqueda de la competitividad en un mercado global ha llevado a las empresas a redefinir sus estrategias y buscar aliados para ser cada vez más ligeras, ágiles y competitivas. La externalización es clave en ese proceso. En general, las empresas se centran en el desarrollo de su know-how y dejan en manos de especialistas externos la gestión de actividades secundarias”.

