Propuestas para mejorar la situación
Además de las mejoras estructurales del centro, Félix López explica que los centros pueden facilitar la sexualidad de los mayores mediante otras acciones como:
– Aplicar normas que posibilitan una mejor adaptación y proporcionen mayor comodidad al residente (presentación a los demás mayores, persona que se responsabilice de su adaptación durante las primeras semanas, integración progresiva a las actividades del centro…).
– Impulsar el contacto con el exterior y con personas de otras residencias, a través de actividades culturales, lúdicas, viajes…).
– Impartir cursos que promocionen la salud y la educación sexual.
– Ofrecer ayuda psicológica y sanitaria para resolver dudas o problemas de aquellos mayores que deseen mantener relaciones sexuales.
– Llamar a las puertas de las habitaciones antes de entrar.
– No reprobar conductas de masturbación.
Formación de los profesionales
Una vez concienciados de la importancia de la sexualidad como un aspecto más de la salud y el bienestar del mayor, los profesionales deben formarse adecuadamente con el fin de conocer las herramientas que pueden emplear para mantener, en estos casos, un equilibrio entre la intimidad del residente y el respeto a los demás usuarios y asistentes
En este sentido, las dos sociedades médicas principales que velan por la salud y calidad de vida de los mayores, SEMER y SEGG, organizan charlas, talleres y monográficos para orientar a los profesionales. Y es que “la necesidad existe y hay que dar soluciones adecuadas, siempre manteniendo el respeto, la consideración ética y deontológica como bases”, espeta el presidente de la SEMER, Alberto López Rocha.
En su opinión, la mejor forma de abordar esta temática es con una formación adecuada en la que se involucren todos los sectores que atienden al mayor, y no solo en el campo institucional.
López Rocha sostiene que la asociación de la cual es presidente lleva ocho tratando esta cuestión en jornadas y monográficos, dirigidos a médicos de residencias, geriatras, psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales, enfermeros, directores de centros geriátricos y asociaciones de familiares, con el objetivo de destruir mitos y tabúes y conseguir que la sexualidad a estas edades se trate como algo normal.
En la misma línea, esta sociedad está trabajando en la culminación de un manual de sugerencias orientado a los cuidadores profesionales y familiares para que, de una vez por todas, este asunto tenga un tratamiento correcto, sin tapujos.
Esta formación será crucial, porque si no se considera un aspecto importante para el mayor institucionalizado, que puede influir en su calidad de vida, no se impulsarán los cambios. Así lo recuerda Carlos Verdejo, geriatra de la SEGG: “hasta que los profesionales sanitarios no entiendan la necesidad de abordar este aspecto de la vida del mayor, nunca se van a desarrollar medidas. Luego, las soluciones vendrán de forma específica e individual en cada caso”. Un primer paso, en este sentido, podría ser incorporar la historia y actividad sexual del mayor en sus métodos de trabajo.
Información para mayores y familiares
Sin duda, la formación en sexualidad es indispensable para los empleados sociosanitarios, pero también resulta interesante que los mayores conozcan más sobre los cambios que se están produciendo en su organismo, así sobre cómo mantener una vida sexualmente activa sin represión. Y es labor de las residencias o centros de día orientar y asesorar a sus residentes o usuarios sobre estos aspectos.
Aunque la mayoría de las instituciones no son conscientes de esta responsabilidad que deben asumir, también existen geriátricos que impulsan este tipo de medidas que favorecen el bienestar de sus residentes. Ejemplo de ello, es la Fundación Aspaldiko, en Portugalete (Vizcaya), compuesta por la residencia, centro de día y la coordinación de cuatro centros sociales. Esta entidad elabora, dentro del programa de educación para la salud, una temática de educación sexual. En ella, se abordan diferentes temas sobre la sexualidad, con objeto de acabar con ciertos miedos, mitos, prejuicios y estereotipos. Está iniciativa está dirigida a profesionales, familias, personas voluntarias y mayores.
En general, en este tipo de charlas, los especialistas suelen detectar personas con necesidad o interés especial en el tema. La detección se lleva a cabo a través de una valoración de la jornada en forma de encuesta. Pero el principal elemento es la propia observación. En este sentido, el responsable Servicio Psicosocial y Centros Sociales Aspaldiko, Álvaro Mosquera, explica: “Después de acabar la charla, continuo casi una hora más atendiendo a personas que no se han atrevido a preguntar en público. A partir de aquí, realizo una intervención individualizada, afrontando diversas problemáticas o inquietudes de cada uno de ellos, y creo un grupo reducido de trabajo”.
Bajo título Educación para la salud sexual, estos centros facilitan una formación enfocada a la orientación ética, como son el trabajo de casos y líneas de actuación; eliminación de prejuicios; y seguridad. Están dirigidos a profesionales y personas mayores.
Entre los temas que tratan, destacan:
– Información rutinaria sobre el derecho a la intimidad (relaciones afectivas libres y naturales).
– Programa de reeducación de conducta: redirigir las conductas desinhibidas públicas hacia lugares privados (caricias íntimas, masturbación…).
– Formar, fomentar y facilitar la comunicación sobre cualquiera de estos temas desde los diferentes profesionales y aprovechando momentos de cada uno (ASEOS, EPS, PAI, PCI…).
– Posibilitar el uso de espacios determinados, adecuados.
A pesar de todos los cambios e iniciativas que poco a poco están surgiendo, aún queda mucho por hacer, pero los implicados confían en que juntos se conseguirá alinear los deseos de los mayores con las responsabilidades sociales de los centros y sus profesionales.