Los centros de día ofrecen una atención integral de calidad certificable

Mejoran la calidad de vida de las personas mayores, fomentan la autonomía personal, favorecen la integración social y retrasan la institucionalización

 

Los centros de día ofrecen una atención integral de calidad a las personas con diferentes grados de dependencia, durante el período diurno. Sus principales objetivos son mejorar o mantener el mejor nivel posible de autonomía personal y ayudar a las familias cuidadora, mediante programas de intervención adaptados a las necesidades de los usuarios. Asimismo, los centros de día favorecen la integración social de los mayores, facilitan la permanencia en su entorno habitual y, como consecuencia, retrasan la institucionalización. Un equipo de profesionales, formado por médico, enfermera, auxiliares de geriatría, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, psicólogo, neuropsicólogo, trabajador social…, se ocupa de la salud física, emocional e intelectual de los mayores. A continuación, profundizaremos en su metodología y conoceremos los sistemas de gestión de calidad, tanto UNE como ISO, que certifican la excelencia asistencial de los centros de día.

A fecha 1 de julio de 2010, 614.750 personas reciben algún servicio o prestación de la Ley de Dependencia. De éstas, 39.312 son beneficiarias de centros de día, el 5,43% del total. Una cifra demasiado baja, si tenemos en cuenta que 357.599 personas reciben la prestación económica por cuidados familiares, lo que supone el 49,40% del total
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Según el último informe elaborado por el IMSERSO sobre Las Personas Mayores en España, en enero de 2008 el número de plazas, públicas y privadas, en centros de día para personas mayores ascendía a 63.446, distribuidas entre 2.258 centros, lo que representa una cobertura del 0,83%.
Respecto al peso del sector público y privado en la gestión y financiación de este servicio, el informe desvela que existe un mayor peso del sector privado en la gestión de centros y plazas, aunque el sector público predomina en la financiación del servicio. Concretamente, el sector privado gestiona el 59% del total de plazas en centros de día (36.834), bien a través de la oferta de plazas en el mercado (financiadas a precio de mercado) o a través de plazas concertadas con las Administraciones Públicas (reciben financiación pública a través de tarifa concertada). Las primeras, privadas puras, representan el 37% del total de plazas (23.172); las segundas (plazas concertadas), representan el 22% del total (13.662).

Por otra parte, los centros de titularidad privada (1.381), que disponen de estas plazas privadas y concertadas, representan el 61% del total de centros. El resto de centros, el 39%, son de titularidad pública (877) y gestionan el 41% del total de plazas, todas públicas (26.612).

Respecto a la financiación de las plazas, la participación del sector público es mayoritaria: 63 de cada 100 plazas reciben financiación pública, bajo el sistema de concertación (plazas concertadas). El resto, 37 de cada 100, son plazas financiadas en su totalidad por el usuario a precio de mercado y gestionadas por entidades privadas.

El precio público de una plaza para dependiente en centro de día se sitúa como promedio, según el informe de 2008, en 7.873,27 euros anuales. Respecto al precio de concertación, las comunidades con un precio anual de concertación más alto son País Vasco (14.151,4 euros/año/plaza) y Navarra (11.393,2 euros/año/plaza). En Aragón y Comunidad Valenciana, el precio de concertación supera los 9.000 euros anuales y Baleares y Murcia tienen los precios más bajos (4.314,5 y 4.460,3 euros anuales, respectivamente). En el resto de comunidades, el precio de concertación de una plaza en centro de día se sitúa entre 5.000 y 8.976 euros anuales.

La calidad, una prioridad asistencial
El secretario general y responsable de las comisiones de Calidad y Centros de Día de la Asociación Madrileña de Atención a la Dependencia (AMADE), Javier Gómez, considera que el modelo de gestión de calidad en un centro de día debe ser capaz de conjugar los principios de prevención, rehabilitación y mantenimiento del bienestar del mayor de una manera eficaz, beneficiosa, satisfactoria y con garantías de sostenibilidad. Además, debe estar fundamentado en «la dimensión humana del servicio que se presta. Es decir, debe formularse e implantarse priorizando las necesidades personales y sociales del mayor y, más específicamente, en la naturaleza de la dependencia que justifica la prestación del servicio».

Por ello, desde la experiencia de Javier Gómez, el modelo de calidad de los centros de día radica en la creación, desarrollo y mejora continua de programas de estimulación de carácter preventivo, terapéutico y rehabilitador, diseñados por equipos multidisciplinares en función del origen de la dependencia del mayor. Por otra parte, destaca la capacidad de los centros de día de repercutir beneficiosamente en la sociedad, «ya que ofrecen un servicio a mayores dependientes que optan por permanecer en su entorno frente a la institucionalización».

El responsable de las comisiones de Calidad y Centros de Día de AMADE explica que la normativa legal de referencia en materia de calidad se establece, al igual que para las residencias, en la Ley 11/2002 de 18 de diciembre, de Ordenación de la Actividad de los Centros y Servicios de Acción Social y de Mejora de la Calidad en la Prestación de los Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid. Ahora bien, Javier Gómez asegura que no deja de ser confusa porque está sujeta a la interpretación de un modelo de atención cuya única diferencia con el residencial, según se establece en el artículo 5 sobre Los Centros de Servicios Sociales, radica en «que no presta servicio de alojamiento». Por ello, Javier Gómez afirma que «se trata de una interpretación demasiado elemental de nuestro modelo de atención que dista mucho de la realidad». Posteriormente, en el artículo 12 Evaluación de la calidad de los servicios, y tras definir una evaluación interna de la calidad de mínimos, emplaza a los centros de día a realizar con carácter periódico una evaluación interna de la calidad: «Los servicios de acción social, centros de servicios sociales y centros residenciales de menos de 100 usuarios, con carácter periódico, realizarán una evaluación interna de la calidad de los servicios prestados de acuerdo con los requisitos que se definan reglamentariamente…».

Con referencia a los mecanismos de acreditación y certificación, el recurso más utilizado en la Comunidad de Madrid, hasta la publicación en 2007 de la familia de normas referenciales UNE 158.000, ha sido la certificación de sistemas de gestión de la calidad bajo los requisitos de la Norma ISO 9001: 2000, en la actualidad ISO 9001: 2008. Por ello, cuando se habla de normas, hay que diferenciar entre el reconocimiento internacional de las normas ISO y nacional de las españolas UNE.

 

Centro de Día Madrid

Centro de Día Madrid

«Sin duda alguna, consideramos que la aportación de la UNE 158.000 a nuestro sector es muy positiva. Se trata de normas diseñadas específicamente para controlar nuestro procedimiento asistencial. En el caso de los centros de día, la norma de referencia es la UNE 158.201. Sin embargo, no debemos dejar en un segundo plano las internacionales ISO, porque son una herramienta de gestión muy útil. Por ello, lo verdaderamente interesante es conjugar ambas normas», asegura Javier Gómez. En este sentido, el representante de la Comisión de Centros de Día de AMADE valora de manera muy positiva la respuesta de los centros de día asociados, «ya que se han esforzado por adecuar y certificar sus sistemas de gestión de la calidad, con el objetivo de adaptarse al cumplimiento de los requisitos establecidos en ISO 9001: 2008 y UNE 158.201». Además de las normas certificables expuestas, también es posible implantar y certificar un sistema de gestión de la calidad en torno a los requisitos EFQM.

Actualmente, tal y como indica Javier Gómez, no existe un sistema de gestión de la calidad homogéneo en las diferentes comunidades autónomas, como tampoco existe un modelo común de acreditación. Si bien sería conveniente establecer un sistema de mínimos, «porque garantizaría una atención homogénea en cualquier parte del territorio nacional. Las diferencias en el desarrollo y aplicación de la Ley de Dependencia, principalmente en su catálogo de servicios, nos indica que estamos muy lejos de que esto ocurra».

Aunque las normas certificables son las mismas para todos los centros de día, «las diferentes administraciones muestran cierta preferencia, sobre todo en cuestiones de acreditación para concursos públicos, a las normas referenciales UNE. No obstante, como no existe la obligatoriedad de certificarse, hacerlo se convierte en una cuestión de voluntad y conciencia», explica el responsable de las comisiones de Calidad y Centros de Día de AMADE. Concretamente, el programa de intervención social en centros de día para personas mayores dependientes en el municipio de Madrid se fundamenta en la mejora continua de la calidad del servicio prestado. «En poco más de una década, hemos evolucionado de una manera asombrosa, proporcionando unos beneficios asistenciales y alcanzado unos niveles de satisfacción excelentes. Siempre con el fin último de mejorar la calidad de vida de nuestros mayores dependientes, optimizando el modelo de atención», insiste Javier Gómez.

En este sentido, el responsable de la Comisión de Calidad de AMADE destaca el elevado nivel de compromiso alcanzado por los centros de día madrileños con la gestión de la calidad y sus normas de referencia. Así lo avalan los excelentes resultados obtenidos en los sondeos de satisfacción realizados desde instancias municipales, sobre los concursos de plazas concertadas en centros de día privados. «Nuestros centros asociados demuestran un alto nivel de responsabilidad con el actual modelo de atención. De hecho, cada día son más los centros que se implican en la adopción e implantación de sistemas de gestión de la calidad, conscientes de que adoptar y mantener de forma seria, continua y coherente una sistemática de gestión de la calidad es, en sí mismo, una garantía, tanto de los servicios que se prestan, como de una organización comprometida con su propia capacidad de mejora» concluye Javier Gómez.

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