Teleasistencia avanzada. Un paso más hacia la integración sociosanitaria

Teleasistencia avanzada. Un paso más hacia la integración sociosanitaria

El servicio de teleasistencia está plenamente consolidado. Las personas mayores y/o en situación de dependencia quieren permanecer en su hogar el máximo tiempo posible, lo que ha provocado la diversificación del servicio. Junto a la tradicional atención de emergencias domiciliarias, están cobrando protagonismo los servicios orientados a la prevención y detección precoz de riesgos, la atención de enfermedades crónicas, el apoyo a los cuidadores, etc.

En este reportaje, los principales operadores de teleasistencia de nuestro país analizan el presente y futuro del servicio, que pasa por la necesaria colaboración público privada, la incorporación de nuevos perfiles profesionales, la implicación de la teleasistencia con otros servicios de proximidad, el incremento del cliente privado, etc. Ahora bien, la principal ventaja de la teleasistencia avanzada es que permitirá prestar una atención sociosanitaria integral desde el domicilio, gracias a la monitorización de la persona y su conexión con los sistemas Sanitario y de Servicios Sociales.

Transcurridos más de 25 años desde que las primeras entidades comenzaron a prestar el servicio de teleasistencia en España, a día de hoy podemos afirmar que es una prestación normalizada y plenamente integrada, tanto en la red de servicios sociales como en la vida de las personas mayores y/o en situación de dependencia.

En este sentido, el director general de Atenzia, Florencio Martín, añade: “Estamos en un momento de grandes oportunidades y responsabilidad. La teleasistencia tradicional está evolucionando hacia un servicio más completo e integral, necesario para dar respuesta al aumento de la longevidad”. También existe un gran número de personas mayores de 65 años, autónomas e independientes, “que requieren cierta atención ante una emergencia o imprevisto”. El resultado es un servicio de teleasistencia personalizado que, con la ayuda de la tecnología, “ofrece respuestas a las diferentes necesidades”.

El director del Departamento Servicios Tecnológicos Digitales de Cruz Roja Española, Carlos Capataz, apunta que la teleasistencia es un servicio que está en constante evolución. “La tecnología nos está permitiendo desarrollar nuevas soluciones que, además de aportar tranquilidad y seguridad ante emergencias, contribuye a detectar proactivamente situaciones de peligro que se producen en el entorno habitual sin que sea necesario pulsar ningún botón”, destaca.

Entre los progresos más destacados, la directora del Servicio de Teleasistencia de Asispa, Sonia Zapico, subraya su cada vez mayor accesibilidad, “con dispositivos y herramientas tecnológicas que hacen posible una atención eficaz a personas con diversidad funcional, sensorial, con dificultades de comunicación oral, etc. La tecnología ha permitido también intensificar la función preventiva del servicio, que ahora puede monitorizar y detectar situaciones de riesgo en el domicilio: incendios, escapes de gas, situaciones de inmovilidad prolongada, etc.”. Asimismo, el cuidador familiar ha adquirido protagonismo como destinatario del servicio, que recibe asesoramiento y apoyo por profesionales especializados. Por otra parte, Zapico destaca también que los equipos humanos se han enriquecido con la incorporación de nuevas figuras profesionales: psicólogos, terapeutas ocupacionales o enfermeros.

En la misma línea, la directora de Operaciones de Teleasistencia de DomusVi, Auxi Galán, destaca también la intervención de distintos profesionales en la mejora de la calidad de vida del usuario y de su entorno familiar. “Cada vez está más extendida la participación de psicólogos y se está introduciendo la figura del terapeuta ocupacional para el asesoramiento en ayudas técnicas y adecuación de la vivienda. La incorporación de las innovaciones tecnológicas ha hecho que también tengan cabida profesionales sanitarios. Todo ello, está haciendo que el servicio aporte un importante valor añadido”, sostiene Galán.

Por todo lo expuesto, el responsable de Teleasistencia en Clece, Ángel Mediavilla, afirma que este servicio se encuentra en una situación de crecimiento cuantitativo, por el incremento de usuarios, y cualitativo, por la mejora del alcance de sus prestaciones. “Se están estableciendo las bases para un servicio no solo asistencial, sino también preventivo, capaz de detectar situaciones de vulnerabilidad. Esta atención pasa por una monitorización más efectiva y menos intrusiva, que permita una mayor participación e información a los familiares”, añade.

Permanecer en el entorno
La teleasistencia avanzada es un servicio de proximidad que permite a las personas mayores o en situación de dependencia permanecer en su hogar y retrasar su institucionalización; pero también a las personas con enfermedad crónica, personas con discapacidad, convalecientes, etc.

“Lo que más valoran los usuarios es la seguridad y la autonomía que les aporta el servicio, al permitirles vivir con la tranquilidad de saber que pueden contar con ayuda de un profesional cuando lo necesiten. Valoración que es compartida por sus familiares”, asegura Sonia Zapico de Asispa. Y es que, tal y como apunta Florencio Martín Tejedor de Atenzia, “la personalización del servicio y la tecnología, unidos a la formación constante de los profesionales, nos permiten mejorar considerablemente la calidad de vida del usuario”.

Relacionado con ello, Auxi Galán de DomusVi va más allá: “Hace tiempo que se ha superado el concepto de telealarma para convertirse en una prestación mucho más proactiva. Las nuevas tecnologías no intrusivas permiten introducir en los domicilios desde la telemedicina hasta la monitorización de hábitos del usuario, lo que favorece su permanencia”. Por su parte, la técnico especialista de Servicios Domiciliarios de Eulen Servicios Sociosanitarios, Verónica Ortega, añade que, además de la detección y prevención de situaciones de vulnerabilidad, dependencia y cronicidad, la teleasistencia evita ingresos hospitalarios, las visitas a los servicios de urgencias, etc.

Sin embargo, la directora de Desarrollo Estratégico de Negocio de Tunstall, Mar Entrambasaguas, subraya que la reciente incorporación de dispositivos asociados al establecimiento de hábitos y rutinas de conducta “requiere prudencia a la hora de valorar los efectos invasivos que pueden tener en la persona usuaria”. Por otra parte, Entrambasaguas destaca que la teleasistencia avanzada “contempla programas complementarios para, por ejemplo, el fomento y la promoción del envejecimiento activo y saludable, el apoyo a las personas cuidadoras, la prevención y detección de maltrato o el suicidio, el soporte a personas con deterioro cognitivo, etc.”. Además de nuevas prestaciones asistenciales de atención social, actualmente se está trabajando en la prestación de una atención no presencial sociosanitaria más integral: “A través del intercambio de información entre la teleasistencia y los servicios de salud se podrá avanzar todavía más en la personalización de la atención, mejorar la coordinación en la movilización de servicios de emergencia y garantizar la continuidad de cuidados entre los distintos servicios”.

Telemedicina ¿una realidad? 
El servicio de teleasistencia es, en opinión de Auxi Galán de DomusVi, un vehículo perfecto de enlace entre la salud del usuario y los recursos sociosanitarios: “La atención personalizada y el seguimiento constante hacen que se disponga de información actualizada y útil sobre la salud del usuario. Asimismo, las experiencias de monitorización de constantes que se están llevando a cabo, están haciendo que determinadas patologías crónicas puedan tener un seguimiento domiciliario, aumentando el control del usuario sobre su enfermedad, favoreciendo la adherencia a los distintos tratamientos y reduciendo la frecuentación a los centros de salud y servicios de urgencias”, explica. Por otra parte, añade que la incorporación del DUE a los procesos de teleasistencia hace que la coordinación con el ámbito sanitario sea más efectiva.

Desde Asispa, Sonia Zapico concreta que las prestaciones de telemedicina se centran mayoritariamente en la monitorización de pacientes con enfermedad crónica. “No obstante, con la tecnología disponible actualmente, el servicio tiene capacidad para asumir y ampliar paulatinamente el catálogo de prestaciones”, asegura.  A pesar de ello, Ángel Mediavilla de Clece comenta que “no percibimos una integración sociosanitaria definida que consolide el potencial que tiene la teleasistencia”.

Si bien Eulen ya está desarrollando proyectos relacionados con la telemedicina, Verónica Ortega asegura que todavía queda mucho trabajo por hacer, “como la necesaria integración y coordinación sociosanitaria entre las entidades prestadoras y los servicios públicos”.

En la misma línea, desde Ilunion Sociosanitario, Alicia Fernández, directora del servicio de Teleasistencia de Madrid, y Danae Sánchez, coordinadora de área de Servicios de Proximidad, defienden que el avance de la teleasistencia hacia un servicio de atención más integral que contemple la monitorización de personas con patologías crónicas ya es una realidad: “Las plataformas y dispositivos de esta tecnología están muy desarrollados y son capaces de integrar sus prestaciones con los servicios de teleasistencia”. Sin embargo, advierten de que no debemos olvidar que esta tecnología y su usabilidad “debe adaptarse mucho más al perfil al que se dirige y, además, debe trabajarse con la coordinación entre la teleasistencia y los servicios de salud públicos”.

Mar Entrambasaguas de Tunstall coincide en afirmar que “la telemedicina es una realidad. Ahora, el reto de futuro es la integración sociosanitaria. Teniendo en cuenta la saturación de los servicios públicos de salud, la apuesta por la telemonitorización y la salud digital es fundamental para desatascar y dar oxígeno al sector sanitario”.

Por su parte, el director Comercial de Neat, José Manuel Carballo, también asegura que la telemedicina es una realidad: “Los fabricantes estamos preparados. No se habla de programas piloto, sino de programas reales».

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