La teleasistencia predictiva y proactiva, una realidad accesible y no intrusiva

La teleasistencia predictiva y proactiva, una realidad accesible y no intrusiva

Una plataforma de teleasistencia debe facilitar la interoperabilidad y permitir el análisis masivo de datos

“Se puede monitorizar sin conectividad permanente y se puede tener conectividad permanente y no monitorizar. Monitorizar pretende hacer un seguimiento del usuario, de sus hábitos de salud o sociales, de sus bio-medidas básicas y de alguna de sus necesidades en definitiva. Todo ello, dentro de un ámbito sociosanitario”, afirma José Manuel Carballo, desarrollador de Negocio de Legrand Care del Mercado del sur de Europa.

Desde su experta opinión, la conectividad permanente está íntimamente relacionada con el concepto de digitalización, que propone una continuidad de los servicios tradicionales, pero mediante dispositivos permanentemente conectados. Una conexión de estas características permite realizar una monitorización moderna, que si bien no es continua sí debe ser muy frecuente, algo que sin digitalización, sin conectividad permanente, quedó arrinconada durante años como una simple buena idea, pero de muy difícil puesta en escena por la falta de conectividad adecuada.  Ahondando en ambos términos, Carballo añade que una conectividad permanente habilita una monitorización moderna, pero también la gestión remota de los dispositivos que la incorporan. “Por tanto, la tecnología con conectividad permanente permite la monitorización de hábitos de los usuarios y permite la gestión de los recursos instalados, con la consecuente optimización de costes”, detalla.

Todas ellas son tecnologías amigables que, tal y como explica Carballo, ayudan a conocer mejor al usuario y su situación (monitorización) y que permiten hacerlo con una frecuencia adecuada (conectividad permanente). Todo ello, con mínima intervención del usuario o ninguna, aunque hay que ser conscientes de que una monitorización de parámetros de salud requiere de la intervención del usuario o de sus familiares, empleando equipos de medida muy habituales (báscula, termómetro, pulsioxímetro, etc.).

“El concepto intrusivas es un término muy subjetivo, incluso cultural. En los países nórdicos, la instalación de una cámara para observar/cuidar al usuario no se considera intrusivo. Sin embargo, en los países latinos es impensable poner una cámara, al menos, de manera habitual. Por tanto, dependerá de quién y de qué, aunque a priori son soluciones que están muy lejos de ser intrusivas, porque su objetivo es ayudar y no invadir la intimidad”, subraya Carballo.

Los detectores para monitorizar la actividad diaria en el domicilio que se están instalando con cierta frecuencia son los de humo y de gas, también los de inundación (en menor medida). “También es habitual encontrarse con detectores de presencia y de apertura de puertas y ventanas. Al margen de todos ellos, el indiscutible “rey” es el detector de caídas”, detalla. Por otra parte, asegura que en los centros de mayores cada día es más habitual encontrar sensores para la prevención de las caídas.

Respecto a las plataformas de teleasistencia del futuro, Carballo asegura que “cada fabricante tendrá su estrategia y su visión. Cuando un fabricante facilita un servicio, hasta el momento impensable, el resto lo haremos de inmediato. Así se enriquece la oferta”. Y se atreve a avanzar que la  funcionalidad común de las plataformas de teleasistencia “es que deben facilitar la interoperabilidad con otras plataformas y soluciones superiores, y permitir el análisis masivo de datos, la extracción de evidencias y el análisis predictivo. Luego, cada fabricante hará su aportación y elemento diferencial”.

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