Envejecimiento en España

Mar Arnáiz “El envejecimiento será una de las claves más importantes en la transformación social del siglo XXI”

Entrevista Mar Arnáiz. Portavoz del PSOE de Derechos Sociales en el Senado, y senadora por Burgos. Autora inicial de la Ponencia de Estudio sobre el Proceso de Envejecimiento en España. 

El pleno del Senado aprobó el pasado mes de febrero el Informe de la Ponencia de Estudio sobre el Proceso de Envejecimiento en España, un documento dirigido a mejorar la vida de las personas mayores de nuestro país. El informe, respaldado por amplia mayoría (255 votos a favor y 3 abstenciones) aboga por un Pacto de Estado para la protección y promoción de los derechos de las personas mayores, el impulso a una ley integral para la Igualdad de Trato y no discriminación, y la elaboración de una estrategia nacional sobre la soledad no deseada. Para conocer de cerca el
proyecto hablamos con la Portavoz del PSOE en la Comisión de Derechos Sociales en el Senado, Mar Arnáiz, que fue la autora inicial de la Ponencia de Estudio, ha participado en el proceso y conoce de primera mano las conclusiones y recomendaciones derivadas.

¿Qué supone la aprobación, por unanimidad, de la Ponencia de estudio sobre el proceso de envejecimiento en España?

Es la culminación de un trabajo largo e intenso que se inició el 23 de septiembre de 2020 cuando el pleno del Senado aprobó una moción socialista para la creación de esta ponencia dentro de la Comisión de Derechos Sociales. Se constituyó en octubre de 2020 y se cerró el 16 de febrero de 2022.

En este tiempo hubo una escucha activa y el análisis de las muchas y ricas aportaciones realizadas por distintos expertos, organizaciones y entidades en las 42 comparecencias celebradas. Fruto de ellas, se elaboró un informe que contenía 33 conclusiones y 19 recomendaciones para avanzar en una sociedad más inclusiva con las personas mayores, con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida.

Ha sido un placer y un orgullo haber participado en la misma. Además, mantuvimos un clima de colaboración, consenso y diálogo continuo entre los 11 ponentes de los distintos grupos parlamentarios que creo que se ha visto reflejado en el
informe final.

¿Por qué era necesaria esta reflexión y esta ponencia?

Me gustaría dejar claro, antes de nada, que el envejecimiento no es un problema, sino una etapa de oportunidades para toda la sociedad. Hay que cambiar la percepción negativa del envejecimiento, porque supone un éxito y un triunfo el que podamos vivir casi un siglo, pero es necesario sin duda prepararnos para ello. Y desde luego vivir no es sobrevivir. Vivir es garantizar los derechos humanos, ofrecer oportunidades de vida digna a todas las personas, vivan en las circunstancias
que vivan, se viva donde se viva. Nació de la demanda de los colectivos sociales y de las asociaciones de personas mayo-
res que, ante la situación de crisis social y sanitaria derivada de la pandemia, pidieron se lleva a cabo un estudio y un diagnóstico sobre cómo afrontar los retos a corto, medio y largo plazo, respecto al proceso de envejecimiento y el aumento de la longevidad.

España afortunadamente disfruta de una elevada esperanza de vida, resultado de una sociedad con mayor protección fruto
de nuestro Estado del Bienestar. Estamos ante una revolución demográfica, donde las previsiones indican que en 2050, una
de cada tres personas superará los 65 años de edad.

Sin duda, el envejecimiento será una de las claves más importantes en la transformación social del siglo XXI, como fue en el siglo XX la incorporación de la mujer al mercado laboral.

¿Cuáles son los principales desafíos que presenta el envejecimiento en nuestro país?

Cuando hablamos de personas mayores nos estamos refiriendo a una pluralidad de personas con gustos, deseos, aspiraciones y necesidades muy distintas. Tenemos que desterrar el concepto de colectivo, porque homogeniza un segmento de la sociedad que es diverso.

Envejecer es un proceso vital que comienza desde el nacimiento mismo y deriva en una etapa que engloba unas cuantas décadas, resultado del aumento de la longevidad. Envejecer es un logro social, pero no se trata solo de vivir más años, sino de añadir vida a los años.

Supone un reto para el conjunto de la sociedad, porque todas las personas aspiramos a tener la mejor vejez posible y para conseguirlo, es preciso construir una sociedad para todas las edades, donde todos y todas tengamos garantizados nuestros derechos y nadie se vea discriminado ni apartado de la vida por ser mayor.

No podemos desaprovechar el enorme caudal de experiencias y conocimientos que atesoran, por ello es necesario adaptar
los entornos, bienes y servicios para que sean accesibles.

No puede ocurrir, como se ha denunciado recientemente, que no puedan gestionar sus ahorros porque se les impide el acceso a la banca presencial o encuentran dificultades en el manejo de la banca digital. Hay que garantizar el acceso a todo tipo de servicios públicos, desde el transporte hasta los servicios bancarios.

No puede ser que por tener más años, se tengan menos derechos. Es importante apoyarles en su proyecto vital, para que ejerciendo sus derechos adquieran autonomía y puedan vivir la vida que elijan.

Tras la exposición de los distintos expertos, ¿hay alguna idea o perspectiva nueva que se haya puesto de relieve?

Una cuestión fundamental que ha sido hilo conductor en la mayoría de las comparecencias y que es capital a la hora de afrontar el fenómeno del envejecimiento, no es otra que considerar a las personas mayores sujetos plenos de derechos. Son ciudadanos y ciudadanas a los que la sociedad debe mostrar respeto y consideración.

Tienen derecho a tomar sus propias decisiones, cómo y dónde quieren vivir; derecho a una vida independiente y derecho a participar en la vida pública y social para que puedan vivir felices y de manera digna.

También nos mostraron la otra cara de la moneda, trasladando las discriminaciones que soportan frecuentemente las personas mayores, cuando se las infantiliza, utilizando un lenguaje inapropiado, cuando se proyecta una imagen distorsionada desde los medios de comunicación o cuando se toman decisiones que les afectan y no se tienen en cuenta sus deseos y preferencias.

El edadismo comporta estereotipos, prejuicios y discriminaciones por razón de edad, que pasan desapercibidos en la mayoría de las ocasiones.

¿Qué es lo más significativo?

Esta ponencia nos ha abierto aún más los ojos y ha puesto sobre la mesa un asunto que debe de estar en la primera línea del
debate político. Es preciso conformar una sociedad intergeneracional donde se tengan oportunidades de vivir con dignidad en todas las etapas de la vida. Las generaciones son interdependientes y todas han de colaborar para conseguir el bien común. Se trata de construir una sociedad para todas las edades.

Esta realidad requiere nuevas respuestas, nuevas políticas públicas y nuevos modelos de organización social.

¿Cuáles son los principales retos que se han puesto de manifiesto?

Además de las discriminaciones que sufren y que la mayoría de las veces son invisibles a los ojos de la gente, la pérdida de autonomía y la soledad no deseada son los riesgos que más pueden darse.

La soledad no deseada acorta la esperanza de vida, por ello hay que prestarle atención, poniendo en marcha políticas y recursos comunitarios e intergeneracionales para tejer una red de apoyo y de acompañamiento social para las personas que estén solas y sufren por ello.

También se ha de garantizar la responsabilidad pública de los cuidados y crear las condiciones adecuadas para que todas las personas puedan implicarse en la corresponsabilidad de cuidar. Hay que atender la demanda de querer vivir el máximo tiempo posible en el domicilio. Así hay que disponer de apoyos y servicios comunitarios para poder atenderles en el hogar.

El alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas son las principales amenazas para la salud y el bienestar de las personas mayores, por ello, es necesario fomentar hábitos de vida saludables.

¿Qué es lo más inminente que se debe abordar de cara al bienestar de las personas mayores?

Se debe apostar por un cambio en el modelo de cuidados de larga duración, para asegurar una atención integral, centrada en
la persona, donde la calidad de vida, la ética y el buen trato en los cuidados estén garantizados.

Hay que transformar y humanizar el modelo residencial actual hacia modelos que se parezcan lo máximo posible a un hogar, y potenciar otras alternativas de alojamiento como las viviendas colaborativas, apartamentos con servicios, etc. para que puedan escoger de acuerdo con sus deseos y necesidades.

Todo lo que atañe a las personas mayores debe hacerse con su participación. Reclaman que se les escuche y se les tenga en cuenta, hagámoslo.

Envejecimiento en España

¿Hay cuestiones que pueden tratarse y resolverse a corto plazo?

Muchas como fomentar una nueva cultura del envejecimiento, revisando el lenguaje y unas actitudes que estigmatizan e infantilizan a las personas mayores, cambiando una terminología peyorativa y paternalista por otra adecuada a personas adultas con valor para la sociedad. 

Garantizar la participación activa en todos los ámbitos sociales, bajo una perspectiva intergeneracional.

Debemos mejorar la coordinación sociosanitaria que garantice el derecho a la salud, independientemente de donde se viva.

Asegurar canales presenciales y/o telefónicos en las Administraciones Públicas y en servicios de consumo privados esenciales, como los servicios bancarios o los de acceso a la telefonía, hasta que se generalice la accesibilidad digital de las personas mayores.

¿Se cuenta con recursos para el cambio?

En primer lugar le diré lo que ha hecho el gobierno de Pedro Sánchez que ha duplicado el presupuesto en Dependencia en cuatro años, pasando de 1.300 millones a 2.600 millones de euros en lo que se conoce como Plan de Choque.

Gracias a estos recursos, se han revertido los recortes sufridos desde 2012, lo que ha hecho posible mejorar prestaciones y reducir listas de espera. También reconocer la Teleasistencia como un derecho subjetivo y por ello desde el año pasado es gratuita.

También gracias a los fondos europeos se van a destinar 3.500 millones de euros entre 2021 y 2023, para que personas mayores o con dependencia puedan permanecer el máximo de tiempo en sus domicilios. Recursos que también se utilizarán para remodelar centros residenciales y generar otros nuevos, basados en el modelo de atención centrada en la persona.

¿Cuál es el siguiente paso, tras la aprobación de la Ponencia de estudio sobre el proceso de envejecimiento en España?

Las personas mayores necesitan sentirse parte de la sociedad, sentirse seguras y vivir una vida independiente y autónoma.
Por eso entre las recomendaciones más importantes, se encuentra aprobar un Pacto de Estado para la protección y la promoción de los derechos de las personas mayores que suponga una garantía específica y que contemple, al menos, los ámbitos de la salud, la vivienda, la protección económica y jurídica, la cultura, el ocio, la educación y los cuidados.
En este Pacto de Estado deben trabajar conjuntamente las distintas fuerzas políticas y las distintas administraciones del Estado español.

La Ponencia ha manifestado voluntad política de cara a mejorar la situación de las personas mayores y/o con de-
pendencia. ¿Cree que las conclusiones del informe se traducirán en mejores prácticas y políticas públicas?

Sin duda, el informe recoge una serie de recomendaciones para que las distintas administraciones pongan en marcha nuevas prácticas y políticas públicas para con las personas mayores. No se puede obviar al 20 % de la población. La vejez es una
nueva etapa vital, llena de oportunidades tanto para el beneficio personal como para el enriquecimiento de la sociedad en su
conjunto.

Es preciso promover un envejecimiento saludable basándose en aspectos físicos y cognitivos, pero también en la promoción
de las relaciones sociales, la seguridad y el aprendizaje a lo largo de la vida, para conformar una nueva etapa de desarrollo personal y siempre contando en su diseño con las personas mayores.

Todos y todas queremos tener la mejor vejez y para ello es necesario fomentar la convivencia intergeneracional generadora de bienestar, aceptando que el envejecimiento nos incumbe a toda la sociedad.

Debemos promover el empoderamiento de las personas mayores en todos los ámbitos, fomentando su participación en la vida social, económica y política para garantizar su inclusión y reducir las numerosas desigualdades y vulnerabilidades a las que se enfrentan muchas de estas personas.

 

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