EL PERFIL: Carlos Álvarez Jiménez

Licenciado en Derecho y abogado en ejercicio del Ilustre Colegio de Madrid, Carlos Álvarez Jiménez está vinculado a Mapfre desde 1966, empresa donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Ha sido director general de Fremap, presidente de Fundación Mapfre y de Corporación Mapfre y, desde 2006, presidente del Instituto de Prevención, Salud y Medio Ambiente de Fundación Mapfre. El próximo mes de mayo, Carlos Álvarez cumplirá 70 años y empezará una nueva etapa vital, una segunda jubilación tras la oficial en 2007, en la que dejará Fundación Mapfre tras 46 años trabajando en la prevención y el fomento de la calidad de vida de las personas. Su espíritu solidario e inquietud intelectual le han llevado a compatibilizar su trayectoria profesional con cargos de responsabilidad en diferentes organismos y, actualmente, es presidente de Acción Social Empresarial y vicepresidente de la Asociación Española de Fundaciones, SECOT y la Fundación Derecho y Discapacidad.

¿Cuáles son los objetivos del Instituto de Prevención, Salud y Medioambiente de Fundación Mapfre? ¿Y su principal reto?

En primer lugar, prevenir toda clase de riesgos y promocionar la salud de las personas. Y lo llevamos a cabo concienciando a los ciudadanos desde la niñez, desarrollando hábitos de vida saludable y evitando conductas desordenadas. Está en nuestras manos evitar accidentes y enfermedades que dañan a nuestra salud y nuestro reto es que la sociedad lo asuma y tome conciencia de esta realidad.

Si las estadísticas desvelan que lo que más valoramos los españoles es la salud, tenemos que ser coherentes y procurar cuidarnos. En la celebración del Día Mundial contra el Cáncer, los expertos aseguraban que el 40% de los tumores malignos son evitables. La persona puede prevenir no sólo accidentes, sino también enfermedades: elevada tensión arterial, diabetes, infartos de miocardio consecuencias de un excesivo colesterol, sobrepeso, etc. Se puede actuar para proteger nuestra salud y, por ello, el Instituto impulsa conductas y hábitos saludables en las personas.

¿Qué aporta a la sociedad?
Ofrecemos una nueva visión de la prevención. Ponemos el foco en la persona, no en el lugar donde trabaja y tampoco en la función que desarrolla, y fomentamos su responsabilidad voluntaria desde la libertad. La persona debe asumir el compromiso de desarrollar, en todos los ámbitos de su vida, unas actitudes que beneficien a su salud, evitando los daños que se pueden producir a causa de una mala alimentación, caídas en el hogar, etc.

¿Qué actividades desarrollan?
La línea en la que actuamos es, fundamentalmente, educativa: promovemos conductas encaminadas a prevenir todo el abanico de riesgos que afectan a la salud. En lo que se refiere al medioambiente, nos preocupa que si el entorno en el que vivimos no es el adecuado se producen daños en la salud; pero no abarcamos el cambio climático, porque nos desbordaría.

¿Cómo promueven y apoyan la educación sanitaria en materia de salud?
Nos dirigimos a los distintos colectivos de población, aunque ponemos especial énfasis en la formación de los jóvenes. Si estos adquieren buenos hábitos en los primeros años de su vida, van a mantenerlos siempre. Por el contrario, cuando los mayores tienen unos malos hábitos es difícil cambiarlos. En relación con las personas mayores, desarrollamos actividades encaminadas a evitar accidentes porque, cuando uno se hace mayor, los reflejos disminuyen y aumentan las posibilidades de sufrir una caída con consecuencias importantes.

Pero, además de intervenir sobre la población, también actuamos con los profesionales que trabajan en traumatología y rehabilitación. Después de gripes y constipados, las dolencias más frecuentes de las personas mayores pasan por traumatología. Como no podemos apoyar a todas las áreas de la medicina que se ocupan de curar, hemos optado por una especialidad concreta, porque la traumatología hace frente no solo a los accidentes, sino también a los casos de artrosis, artritis, lesiones de la columna, etc. En algún momento de la vida, todos pasamos por un rehabilitador o un traumatólogo y, por ello, tratamos de que estos profesionales estén lo mejor preparados posible.

¿En qué medida contribuye el Instituto a la mejora de la calidad de vida de las personas?
Nuestras acciones conducen a que a la persona cuide más su salud y, como consecuencia, disminuyen las enfermedades y prolonga su esperanza de vida. Y gracias a los hábitos de vida saludable, se recurre menos a los servicios sanitarios, ahorrando costes y permitiendo que se preste una mejor atención a quien más lo necesita. Recordemos que dentro de la media europea, España se distingue porque los ciudadanos hacen una mayor utilización de los servicios sanitarios que otros países, lo que supone unos costes más elevados.

¿Qué programas tienen dirigidos a las personas mayores y/o dependientes?
Disponemos de distintos medios: publicaciones, página web, jornadas formativas, etc. Destaca, especialmente, el proyecto Con mayor cuidado, dirigido a las personas mayores. Se trata de una iniciativa que ha tenido una gran aceptación y miles de personas han acudido a las charlas que hemos organizado en distintas ciudades españolas sobre los riesgos de tener un accidente en el hogar y las medidas preventivas que deben adoptar. Además, se han elaborado interesantes publicaciones sobre la importancia de una adecuada sensibilidad hacia estos temas.

Por otra parte, diseñamos acciones con el fin de que haya el menor número posible de personas en situación de dependencia, sobre todo cuando puede evitarse. En este sentido, un aspecto inherente a los dependientes es su cuidador, tanto familiar como profesional.

¿Desarrollan actividades formativas o relacionadas con la investigación?
Desde que nació la Fundación en 1976, hemos dado gran importancia a la investigación. En la actualidad, convocamos 130 becas que despiertan gran interés, ya que recibimos más de 1.000 solicitudes relacionadas con los temas que son objeto de preocupación en la Fundación. Además, concedemos ayudas para que los profesionales españoles puedan formarse en países de cualquier parte del mundo, del mismo modo que traemos a profesionales iberoamericanos a España.

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