“Estamos trabajando en un modelo de atención sanitaria en centros residenciales de personas mayores”
Jesús Aguirre. Consejero de Salud y Familia de Andalucía

“Estamos trabajando en un modelo de atención sanitaria en centros residenciales de personas mayores”

La pandemia ha hecho que los sectores sanitario y de servicios sociales despertaran ante las nuevas necesidades asistenciales. Si bien desde el inicio de la legislatura las consejerías de Salud y Políticas Sociales de Andalucía trabajan para avanzar en el ámbito sociosanitario, la pandemia ha acelerado el proceso. En este sentido, Jesús Aguirre subraya que están diseñando un modelo de atención sanitaria en residencias, “donde se especifica los profesionales y la cartera de servicios de manera coordinada entre el Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA) y los profesionales sanitarios de los centros residenciales”.

Jesús Aguirre

Consejero de Salud y Familia de Andalucía

Este nuevo modelo pretende también dar respuesta a una reivindicación histórica del sector sociosanitario: la atención sanitaria de las personas mayores que se encuentran en una residencia por parte del sistema público. Para ello, entre otras medidas, Aguirre anuncia que se asignarán profesionales de referencia de Atención Primaria, que se organizarán en función del número de plazas residenciales del área geográfica de influencia, y se reforzarán las enfermeras gestoras de casos.

 ¿Cuáles son sus prioridades en materia de política sanitaria, dirigida a las personas mayores y en situación de dependencia?

La creación de la Dirección General de Cuidados Sociosanitarios por parte de la Consejería de Salud y Familias es una apuesta por la priorización de las políticas sanitarias dirigidas a la población mayor y dependiente, por ser colectivos que necesitan, especialmente, este tipo de atención. Se han iniciado las tareas para hacer un Decreto de Atención Sociosanitaria, que vendrá a respaldar esta prioridad marcada por el Gobierno.

Mientras tanto, entre las medidas que se han desarrollado y se están desarrollando destacan la gestión de la pandemia por COVID-19 en centros residenciales de personas mayores y grandes dependientes; el programa de humanización y vida saludable en estos centros; la promoción de la actividad física, mediante el proyecto “Andalucía Muévete”; y la Estrategia de Atención Sociosanitaria. Algunas de estas acciones se realizan en coordinación con la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación y con la Consejería de Educación y Deportes de la Junta de Andalucía.

Otras políticas dirigidas a estas personas tienen que ver con la promoción del envejecimiento saludable, como se puede ver en la Plataforma “En Buena Edad”, la atención sanitaria para la detección precoz de la fragilidad con objeto de evitar o retrasar la dependencia y el Examen de salud de Mayores de 65 años, con una serie de intervenciones específicas dirigidas a la población mayor con dependencia.

Se podrían nombrar otros proyectos como el Plan de Atención a Personas con Enfermedades Crónicas y la Estrategia de Cuidados, que tiene entre sus objetivos potenciar la autonomía de las personas, así como la atención a los pacientes con enfermedades crónicas complejas y la apuesta por la atención en el domicilio de personas con dependencia.

Siempre que hablamos de estas personas, se incluye a las familias y su entorno más cercano.

Desde el punto de vista sanitario y, sobre todo, respecto a la vacunación, ¿en qué situación se encuentran, actualmente, las residencias de Andalucía? ¿Y los mayores que viven en su casa?

La aceptación de la vacunación de las personas mayores que viven en centros residenciales es prácticamente universal, como así lo demuestra que casi el 99 % de los residentes están vacunados. Y para las personas de nuevo ingreso se establece que deben vacunarse antes o, si no fuera posible por motivos de urgencia, se prioriza la vacunación.

En cuanto a la población andaluza de 60 años, prácticamente el 100 % está con pauta de vacunación completa.

¿Qué lecciones le ha enseñado la pandemia?

Muchas. Podríamos decir que la primera de ellas es la humildad ante el gran reto al que nos hemos enfrentado y seguimos enfrentándonos. Y también la necesidad de la respuesta rápida que se ha precisado en muchas ocasiones, sobre todo para el abordaje de la infección en algunos grupos de personas muy vulnerables, como son las personas mayores y grandes dependientes, y más específicamente las que viven en residencias.

Se ha ido aprendiendo haciendo el camino. Las consecuencias para esta población en Andalucía no han sido tan devastadoras como en otros lugares, sin que esto signifique, en ningún momento, complacencia, pero sí que ha habido capacidad de respuesta.

Siempre refiriéndonos a las personas mayores, también hemos aprendido a equilibrar las medidas entre la prevención de la infección y el mantenimiento de una vida lo más saludable posible, ya que el aislamiento de los primeros meses demostró un importante empeoramiento de la salud física, mental y cognitiva de estas personas.

¿Existe en Andalucía una coordinación real y efectiva entre sanidad y servicios sociales?

Desde el principio de la legislatura, se ha venido trabajando con la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación para avanzar en el ámbito sociosanitario, donde estaba casi todo por hacer.

Durante la pandemia se llegó al Acuerdo de 1 de diciembre de 2020, del Consejo de Gobierno, por el que se toma conocimiento de la composición, funciones y constitución de las Comisiones Autonómica y Provinciales para la coordinación en materia sociosanitaria de Andalucía. En el caso de la Comisión Autonómica, está presidida por las viceconsejeras y representantes del máximo nivel de ambas consejerías y se reúne cada 15 días con el objeto de tratar los temas comunes que afectan al ámbito sociosanitario.

Algunos de los proyectos que, actualmente, se están trabajando de forma conjunta son el programa de humanización y vida saludable en centros residenciales, entre ellos el proyecto “Andalucía Muévete”, la Estrategia de Atención Sociosanitaria, la interoperabilidad entre la Plataforma de Gestión de Centros Residenciales y la Base de Datos de Usuarios del Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA), la accesibilidad a la historia de salud digital o la actualización para la elaboración del informe de las condiciones de salud para el procedimiento de resolución de la dependencia.

Tras la experiencia vivida durante el último año, el sector sociosanitario está en pleno debate respecto al cambio del modelo de atención residencial. Uno de los temas que hay sobre la mesa es la conveniencia o no de medicalizar los centros. ¿Qué opina al respecto?

La tendencia de los países de nuestro entorno y de otras comunidades autónomas no va en ese sentido. Se tiende a considerar los centros residenciales como el hogar de las personas y, por ello, son necesarios cambios profundos en el modelo de atención social y sanitaria a los residentes. Debemos pasar de un modelo institucionalizado en el que prima la gestión de los servicios a la priorización de la atención centrada en la persona, con respeto y dignidad, con servicios de proximidad y comunitarios, de participación y control.

En este marco, se debe contemplar la atención sanitaria que precisan estas personas como el resto de la población que tengan similares circunstancias, aunque considerando sus características específicas. Es decir, edad muy avanzada, con pluripatologías y polimedicación, con un elevado porcentaje con deterioro cognitivo, dependencia y viviendo en espacios cerrados, lo que añade la posibilidad de problemas de salud pública, como la transmisión más fácil de algunas enfermedades infecciosas.

Por ello, se está trabajando en un modelo de atención sanitaria en centros residenciales de personas mayores, donde se especifica claramente la organización de la atención y los cuidados y la cartera de servicios de manera coordinada entre los profesionales del SSPA y los profesionales sanitarios de los centros residenciales.

Uno de los principales problemas del sector sociosanitario es la falta de perfiles sanitarios, sobre todo durante la pandemia, ya que son absorbidos por la sanidad pública. ¿Qué medidas se plantean para paliar o solucionar esta situación?

La pandemia por COVID-19 también ha puesto de manifiesto la necesidad de abordar el tema de los profesionales de los servicios sociosanitarios, pero ya se ha dicho que la atención sanitaria debe ser acorde con las necesidades de las personas. Por esta razón, ya se ha aprobado la inclusión de la especialidad de Geriatría en Andalucía, que hasta ahora era una de las pocas comunidades autónomas que no la contemplaba.

Uno de los primeros ámbitos de actuación de estos profesionales será en los centros residenciales de personas mayores. Dentro de los pacientes institucionalizados, los que más podrían beneficiarse de la atención especializada de profesionales de geriatría serían, entre otros, cualquier paciente cuyo manejo sea complejo y genere dudas al personal sanitario de la residencia o del SSPA, altas hospitalarias recientes, pacientes con alta frecuentación del servicio de urgencias, alto número de reingresos en el hospital, consultas a múltiples especialistas, personas con deterioro funcional y/o cognitivo y pacientes susceptibles de tratamiento paliativo con mal control sintomático.

De la misma manera, se está analizando la mejor capacitación posible de los profesionales de enfermería para los cuidados de estas personas.

Con relación a los perfiles necesarios para los profesionales de atención directa, es un tema que se está trabajando a nivel nacional con la participación de las comunidades autónomas y se aboga por la profesionalización de los perfiles ya existentes y por la formación continuada de los mismos.

El sector sociosanitario también reivindica que Sanidad preste la misma atención a las personas mayores que se encuentran en una residencia que a las que viven en su domicilio. ¿Cómo se plantea esta cuestión?

Mediante la mencionada puesta en marcha del modelo de atención sanitaria en centros residenciales de personas mayores, donde se especifica claramente la organización de la atención y los cuidados, los profesionales implicados y la cartera de servicios de manera coordinada entre los profesionales del SSPA y los profesionales sanitarios de los centros residenciales.

El desarrollo de este modelo de atención se basa en la existencia de profesionales de referencia de Atención Primaria para los centros, que se organizarán en función del número de plazas residenciales del área geográfica de influencia del Distrito o Área Sanitaria en agrupamiento de cupos, refuerzo de enfermeras gestoras de casos o unidades de residencias.

Otro tema que suele ponerse sobre la mesa es que el sector sociosanitario podría atender enfermos crónicos, con el fin de liberar a los hospitales para que puedan centrarse en los enfermos agudos. Sobre todo, teniendo en cuenta el ahorro que supondría para sanidad. ¿Le parece viable?

Está contemplada esta posibilidad y se está trabajando en ello. Más que atención a los pacientes con enfermedades crónicas, sería en relación con los llamados cuidados intermedios y la creación de centros y unidades de cuidados intermedios en centros ya existentes.

Uno de los objetivos sería adecuar la intensidad de la atención y de los cuidados a las necesidades de las personas antes de volver a su domicilio o a un recurso residencial definitivo, como la convalecencia de determinadas enfermedades (ictus, intervenciones quirúrgicas, etc.), la rehabilitación (prótesis de cadera) y los cuidados paliativos, fundamentalmente; pero también altas hospitalarias de personas que permanecen ingresadas por motivos sociales, una vez superada la fase clínica que ha motivado el ingreso hospitalario.

¿Qué opina de la telemedicina? ¿Considera que es una iniciativa posible de llevar a cabo en el corto y medio plazo?

La telemedicina es un instrumento imprescindible en estos momentos y en el futuro para la prestación de la atención y los cuidados sanitarios, que complementa los modelos de relación y comunicación tradicionales en el ámbito sanitario y también sociosanitario.

El enorme avance tecnológico, acelerado de forma extraordinaria por la pandemia por COVID-19, hace posible que cada vez se utilice más esta herramienta, que sirve para el contacto paciente-profesional sanitario y entre profesionales sanitarios y que abre posibilidades para la accesibilidad y equidad hasta ahora impensables. Buen ejemplo de ello en Andalucía es el Centro Andaluz de Teleictus, que permite acceder con criterios de equidad a tratamientos a un importante porcentaje de población que hasta ahora no podían hacerlo por ser terapias tiempo-dependientes.

La Ley de Dependencia también habla de la promoción de la autonomía personal, pero apenas se ha desarrollado. En este sentido, su Consejería ha lanzado la Estrategia de Promoción de Vida saludable. ¿En qué consiste?

La Estrategia de Promoción de Vida Saludable pretende promover los hábitos saludables en toda la población y edades, mediante intervenciones en el ámbito local, en todos los entornos de vida y en todas las políticas; y actuaciones sobre los determinantes que generan desigualdades en salud. También propone potenciar los activos personales y comunitarios que generan salud a lo largo de la vida para que la ciudadanía pueda afrontar el día a día con mayores cotas de bienestar. Uno de los ámbitos de actuación contemplado es el de los servicios sociales y sociosanitarios.

Incluye para cada uno de los ámbitos de actuación y ciclo de vida: la alimentación saludable, la actividad física, el sueño reparador, el bienestar emocional, la salud sexual y las tecnologías de la información y la comunicación.

¿Qué retos se plantea a corto y medio plazo relacionados con las personas mayores y en situación de dependencia?

Seguir avanzando a buen ritmo en los numerosos proyectos iniciados. Su consecución, puesta en marcha y afianzamiento supondrá un gran avance en la mejor atención y cuidados de las personas mayores y en situación de dependencia, que redundará en una mejor calidad de vida de estas personas y de sus familias y entorno más cercano.

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