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Javier Martínez Peromingo: “La fragilidad se puede prevenir, identificar y revertir”

La Comunidad de Madrid presentó en marzo el Plan de Atención Integral a la Fragilidad y Promoción de la Longevidad saludable para personas mayores, una iniciativa pionera en España que define su modelo de atención sociosanitaria, buscando ofrecer una respuesta coordinada, profesional y homogénea a sus necesidades. El objetivo es evitar o retrasar al máximo situaciones como la pérdida de funcionalidad o la dependencia y la aparición de discapacidad.

Durante el evento de presentación del plan de atención a la fragilidad, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, dio a conocer los detalles de este nuevo programa, que nace de los cambios demográficos a los que se enfrenta la sociedad madrileña y que sitúan al envejecimiento como uno de los principales retos a abordar.

Para conocer en profundidad la importancia de abordar la fragilidad y las líneas estratégicas y de actuación que plantea este plan de atención, entrevistamos al director general de Coordinación Socio-Sanitaria de la Comunidad de Madrid, Francisco Javier Martínez Peromingo.

Hace unas semanas se presentó el Plan de Atención Integral a la Fragilidad y Promoción de la Longevidad saludable para personas mayores de la Comunidad de Madrid. ¿Por qué es importante abordar esta problemática?

El aumento de la esperanza de vida ha dado lugar a la preponderancia de un tipo de paciente crónico, con frecuencia dependiente y envejecido, que requiere de una asistencia sanitaria y social durante muchos años. Esta situación pone de manifiesto la gran importancia que la actividad sociosanitaria tiene en nuestra comunidad, que ha de tener en cuenta no solo los problemas de salud, sino también las necesidades de cuidado psicológico y social para favorecer una atención integral a las personas mayores.

Para abordar integralmente la atención al mayor, desde una perspectiva biopsicosocial, es crucial fomentar el rol de envejecimiento activo y participativo, respetando la autonomía de las personas durante su proceso de envejecimiento. 

El Plan de Atención Integral a la Fragilidad y Promoción de la Longevidad Saludable en Personas Mayores de la Comunidad de Madrid 2022-2025 tiene como objetivo dar respuesta a todos estos aspectos, ofreciendo una respuesta coordinada, profesional y homogénea a las necesidades de las personas mayores de 65 años en nuestra región.

El objetivo de este Plan es obtener la máxima calidad de vida, autonomía funcional e independencia durante el proceso de envejecimiento. Así como favorecer la permanencia de las personas mayores en su entorno mediante la promoción de hábitos saludables, el fomento de la autonomía personal, la prevención de la fragilidad y el retraso y disminución de situaciones de dependencia y discapacidad. Y todo ello mediante el abordaje a través de una coordinación sociosanitaria multidisciplinar entre todos los agentes implicados para garantizar una atención integral.

¿Qué novedades implica el nuevo plan en la atención a las personas mayores con fragilidad? 

La primera novedad ha sido ya el diseño del propio Plan, que partió de un análisis de situación exhaustivo, tanto a nivel interno como externo, en el que participaron la Consejería Sanidad, la Consejería de Familia, Juventud y Políticas Sociales y además múltiples entidades, algunas de ellas representantes de personas mayores.

Consideramos que supone un plus tener en cuenta la opinión de las personas a quien va dirigido y no sólo a los profesionales. 

Además, se han plasmado actuaciones de potenciación de las ya existentes, pero también algunas novedosas, a través de las seis líneas estratégicas destinadas a potenciar la coordinación sociosanitaria y la sensibilización sobre la longevidad saludable, fomentar hábitos para lograr un envejecimiento activo, prevenir la fragilidad, mejorar la detección, el diagnóstico y la atención integral a la persona frágil y/o con riesgo de caídas, además de impulsar la formación, investigación e innovación en este campo.

De todas las medidas que plantea el plan, hay varias que van a ser visibilizadas rápidamente por la población mayor de la Comunidad de Madrid, dado que afectan a los hospitales. Así estamos implantando programas de movilización durante la hospitalización, detección de la fragilidad en consultas y urgencias, potenciación de consultas específicas de valoración de la fragilidad en aquellas situaciones donde es previsible que pueda producirse deterioro funcional por el tratamiento (oncogeriatría y cardiogeriatría), transformación de las urgencias hospitalarias para cumplir los criterios de calidad estadounidenses de atención a las personas mayores en urgencias (GEDA), programas de prevención del delirium, generalización de modelos de hospitales adaptados a las personas mayores como el del Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles o el Infanta Leonor de Vallecas.

¿Cuáles son los principales factores de prevención de la fragilidad en las personas mayores?

Existe amplia evidencia científica que relaciona los hábitos saludables a lo largo de toda la vida, como la nutrición adecuada, realizar ejercicio físico, mantenerse activos mentalmente y tener relaciones personales y sociales satisfactorias con una mayor probabilidad de envejecer de manera saludable, así como prevenir enfermedades, mantener la capacidad funcional y la mejora de la calidad de vida de las personas en situación de fragilidad.

El Plan tiene como premisa que la fragilidad se puede prevenir, identificar y revertir. 

Por ello, una de las líneas estratégicas del Plan es la Promoción y Prevención (Línea 3). En esta se han definido 8 objetivos y 30 actividades en personas de 65 y más años no frágiles, que tienen como finalidad: promocionar los hábitos saludables y la actividad física; prevenir la inmovilidad y, de este modo, el riesgo de caídas; promocionar la alimentación saludable para prevenir la malnutrición; promocionar el uso racional de medicamentos; prevenir la incontinencia urinaria y el deterioro cognitivo, así como realizar el seguimiento de enfermedades crónicas relacionadas con la fragilidad.

La detección y diagnóstico de la fragilidad no siempre se consigue con celeridad. ¿Qué medidas se va a tomar en este sentido?

La promoción del envejecimiento saludable está íntimamente relacionada con la detección e identificación precoz de la fragilidad, ya que cuanto antes se realice mayores posibilidades hay de que se pueda prevenir la dependencia si se implementan las medidas adecuadas de intervención.

Las causas de la pérdida de funcionalidad o de la capacidad intrínseca son múltiples y están interrelacionadas y, por lo tanto, precisan de una valoración integral que facilite la posterior intervención integrada, multidimensional, adaptada a la situación y necesidades físicas, psicológicas, cognitivas y sociales reales de las personas a las que van dirigidas.

Existe un amplio consenso en considerar a los profesionales de atención primaria y los que desarrollan su trabajo diario en el ámbito domiciliario como los referentes en la detección y actuación con personas que van disminuyendo su capacidad funcional, ya que el conocimiento derivado de la proximidad con ellos les permite una atención más adecuada para revertir o desacelerar estas pérdidas.

No obstante, la evaluación de la fragilidad también está recomendada en otros niveles asistenciales, como la atención hospitalaria especializada y los servicios de urgencias, donde la Valoración Geriátrica Integral (VGI) permite identificar las causas subyacentes.

Precisamente, para abordar la detección y diagnóstico se ha diseñado la línea estratégica 4, que tiene 3 objetivos y 14 actividades. Los objetivos que se pretenden alcanzar son: desarrollar herramientas de estratificación de la fragilidad, implantar un programa de detección y diagnóstico de la fragilidad homogéneo para todos los niveles asistenciales basado en la evidencia científica y aumentar la detección de la fragilidad en la población de personas de 70 y más años.

¿Cuál es el modelo de atención sociosanitaria al que debemos aspirar?

Esta pregunta es compleja. En una sociedad que cuida a las personas mayores, el modelo de atención sociosanitaria al que debemos aspirar es aquel que promueva la calidad de vida, el envejecimiento activo y la atención integral a las necesidades de las personas mayores. Este modelo debe contemplar 10 aspectos clave, muchos de los cuales recoge el Plan de Atención Integral a la Fragilidad y Promoción de la Longevidad Saludable: 

  1. Enfoque centrado en la persona: La atención debe ser personalizada y adaptada a las necesidades y preferencias de cada individuo, respetando sus decisiones y fomentando su autonomía e independencia.
  2. Atención integral e interdisciplinaria: La atención sociosanitaria debe abordar de manera conjunta y coordinada tanto los aspectos sociales como los sanitarios, a través de un equipo interdisciplinario que incluya médicos, enfermeras, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, psicólogos, entre otros.
  3. Prevención y promoción de la salud: El modelo debe enfocarse en la prevención de enfermedades y la promoción de la salud, mediante actividades y programas que fomenten la actividad física, la alimentación saludable, la participación social y la estimulación cognitiva.
  4. Atención a la dependencia y cuidados paliativos: La atención sociosanitaria debe proporcionar apoyo a las personas mayores que presenten dependencia funcional o necesiten cuidados paliativos, garantizando una atención adecuada y digna en esta etapa de sus vidas.
  5. Apoyo a las familias y cuidadores: Las familias y cuidadores desempeñan un papel fundamental en el cuidado de las personas mayores, por lo que el modelo debe ofrecer apoyo y recursos a estas personas, como formación, asesoramiento y servicios de respiro.
  6. Servicios y recursos comunitarios: El modelo debe favorecer el acceso a servicios y recursos comunitarios, como centros de día, atención domiciliaria, viviendas tuteladas y programas de voluntariado, para promover la inclusión social y el apoyo mutuo entre las personas mayores y su entorno.
  7. Coordinación entre los diferentes niveles de atención: La atención sociosanitaria debe estar coordinada entre los diferentes niveles asistenciales, desde la atención primaria hasta la atención hospitalaria y los servicios sociales, para garantizar una atención eficaz y eficiente.
  8. Participación y corresponsabilidad: Las personas mayores, sus familias y la sociedad en general deben ser partícipes y corresponsables en la toma de decisiones y en el diseño de políticas y servicios que afecten a este colectivo.
  9. Formación y especialización: Los profesionales de la atención sociosanitaria deben contar con formación y especialización específica en gerontología y geriatría, para ofrecer una atención de calidad y adaptada a las necesidades de las personas mayores.
  10. Investigación e innovación: El modelo debe fomentar la investigación y la innovación en el ámbito de la atención sociosanitaria a las personas mayores, con el fin de mejorar continuamente la calidad y efectividad de los servicios y programas ofrecidos.

En la práctica, ¿cómo se consigue mejorar la coordinación sociosanitaria de cara a atender la fragilidad de las personas mayores?

Este modelo, como no podría ser de otra manera, necesita de una coordinación continua de diferentes ámbitos, prioritariamente el sanitario y el social. Y requiere de la participación de diferentes áreas asistenciales, para garantizar una atención óptima superando las deficiencias asociadas a la fragmentación de servicios y cuidados provistos por los diferentes profesionales.

Por ello, dentro de este Plan se ha diseñado como la primera línea estratégica, la Coordinación Sociosanitaria, en la que se han diseñado 2 objetivos: impulsar un modelo integral de atención y cuidados para las personas mayores (70 y más años) y fomentar la continuidad asistencial y transición entre niveles asistenciales para la promoción de la longevidad saludable y abordaje correcto de la fragilidad.

Por otro lado, esta línea estratégica trata de potenciar las alianzas entre los diferentes agentes implicados, centralizar la información y favorecer la transversalidad de todas las actuaciones.

¿Cree que los profesionales necesitan información y formación para conseguir una atención sociosanitaria adecuada?

Todos los profesionales de diferentes disciplinas tienen un papel importante y solamente es posible desarrollar un abordaje efectivo de la fragilidad y la promoción de la longevidad saludable si los profesionales tienen una adecuada formación y la consideran como uno de sus principales retos. 

Destacar que uno de los aspectos que resultaron necesarios potenciar es la formación en la reducción del edadismo y es nuestra intención trabajar en ello. 

Además, se ha identificado una necesidad creciente de desarrollar y promocionar la investigación científica para obtener un mejor conocimiento de las necesidades integrales, complejas y dinámicas de las personas mayores que, posteriormente, reviertan en una mejora de la formación de los profesionales y de la atención a esta población.

De hecho, en este Plan se ha definido la Línea estratégica específica y desarrollada para este fin. 

¿Qué resultados cree que tendrá la aplicación de este plan a corto  y largo plazo? 

El resultado esperado es alcanzar los objetivos planteados en las 6 líneas estratégicas. Para lo cual se van a implantar las actividades definidas en cada objetivo. Todas las actividades han sido consensuadas con las unidades directivas responsables de su ejecución y se ha planteado una implementación gradual, de forma que, al final del periodo de ejecución de este Plan, se hayan realizado todas las actividades planteadas y alcanzado todos los objetivos previstos. 

La Consejería de Sanidad, con este plan plurianual, pretende mejorar la calidad de vida de las personas mayores mediante el fomento de una asistencia y cuidados sociosanitarios de calidad, centrados en las personas mayores, creando una cultura que previene y rechaza el edadismo e impulsa la participación y compromiso entre todos los agentes implicados.

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