Formador de formadores

Las empresas ofrecen formación continua con el fin de actualizar los conocimientos de sus trabajadores y mejorar su capacitación profesional. Pero el éxito de un curso no sólo depende del contenido y la metodología, sino también del profesor que lo imparte. Sin embargo, no solemos preocuparnos de su preparación académica ni de su capacidad para trasmitir a los alumnos los conocimientos adquiridos. Por ello, en este reportaje nos preguntamos quién, dónde y cómo se forman los formadores; así como las habilidades que debe tener la persona responsable de enseñar a los profesionales sociosanitarios. Y no olvidemos que una buena formación aumenta la productividad empresarial y la satisfacción de los trabajadores.

 

 

Formador de formadores

Existen cursos y talleres que ofrecen mecanismos y herramientas que pueden ayudar a los formadores a mejorar sus habilidades y cualidades comunicativas, imprescindible para que la trasmisión de conocimientos sea un éxito. La simulación de situaciones reales, donde los alumnos aprenden practicando, supone también una experiencia enriquecedora.

Directamente relacionado con el sector de atención a la dependencia, el Hospital Centro de Cuidados Laguna ha diseñado el curso de Formación de formadores del ámbito socionanitario, que se impartirá del 19 al 21 de abril de 2012, en el Centro de Investigación y Docencia del Hospital Laguna, en Madrid. Este curso está concebido, diseñado, estructurado y preparado para reforzar la capacitación de los profesionales de cuidados paliativos en habilidades de formación.

Se trata de un programa que parte de una experiencia internacional, que nació hace 16 años, y, desde su primera edición, se ha impartido en más de 10 países a alumnos de más de 20 naciones. Las plazas son limitadas y el acceso estará circunscrito al currículum académico y profesional de los aspirantes. El curso tiene un coste de 350 euros, estando el 70% de la matrícula subvencionada por la Fundación Grünenthal Europa.

El programa consta de 25 horas formativas teórico‐prácticas, que serán impartidas por cuatro profesionales que compaginan la actividad docente con la práctica clínica en unidades de cuidados paliativos de Buenos Aires, Liverpool, Pamplona y Madrid. De esta manera, aportarán una perspectiva formativa interdisciplinar. Las sesiones de trabajo utilizarán el modelo KLS (Kolb Learning Style Inventory), que permite definir estilos de comunicación, etapas en el proceso de aprendizaje y secuencias de entrenamiento didáctico, que dotará­n de la máxima eficiencia a cualquier profesional interesado en impartir la asignatura de cuidados paliativos.

Los alumnos obtendrán el título en Formación de formadores en cuidados paliativos, organizado por el Hospital Centro de Cuidados Laguna en colaboración con la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra. No obstante, los responsables del curso han solicitado también acreditación a la Agencia Laín Entralgo (órgano de la Comunidad de Madrid con competencias en materia de formación de especialistas en Ciencias de la Salud) y a la Sociedad Española de Cuidados Paliativos.

Esta primera edición está dirigida a médicos que trabajan en unidades de cuidados paliativos y que compatibilizan su trabajo con actividades docentes, pero futuras ediciones estarán abiertas a cualquier profesional sanitario que se dedique a la enseñanza, especialmente relacionada con los cuidados paliativos.

Aprendizaje y trasmisión de conocimientos

El subdirector médico del Hospital Centro de Cuidados Laguna y coordinador del curso, Antonio Noguera, explica que los adultos no aprendemos de la misma forma que los niños o adolescentes. «Muchas veces consideramos que ya poseemos los conocimientos; pero, en otras ocasiones, no nos esforzamos en adquirir otros nuevos porque preferimos saber cómo poner en práctica los que ya tenemos. Es decir, nos sentimos más atraídos por aplicar las técnicas que puedan mejorar nuestra forma de trabajar, que en adquirir de forma teórica los conocimientos necesarios para aplicar esas técnicas», afirma Noguera. Desde un punto de vista teórico, se podría decir que el proceso de aprendizaje en adultos no se basa en la adquisición de conocimientos externos, sino en la interiorización de nuevas habilidades basadas en esos conocimientos. «Por lo tanto, el mejor curso no es el que más cosas explica, sino el que más interés y curiosidad despierta entre los alumnos», asevera este experto.

Pero, ¿quién forma a los formadores o ayuda a mejorar sus capacidades? Que una persona tenga unos conocimientos determinados no tiene por qué significar que esté capacitada para trasmitirlos. «Evidentemente, nadie puede enseñar lo que no sabe, pero sin conocimientos de pedagogía se puede perder la mayor parte del contenido del mensaje que se quiere trasmitir al no ser capaz de comunicarlo correctamente», explica.

El propio doctor Noguera ha sido alumno del curso en la Universidad de Liverpool y ha comprobado cómo esta metodología le ha capacitado como docente en cuidados paliativos. «Y ahora queremos ayudar a construir en nuestro país una metodología que permita, en un campo tan especial y emergente como la medicina paliativa, crear un modelo de formación para formadores en cuidados paliativos. Esto, además, ayudará a los profesionales sanitarios de otros campos a identificar con precisión la especificidad profesional de la actividad paliativista».

La formación de formadores es importante, porque una buena formación aumenta la productividad empresarial y la satisfacción de los trabajadores. «Cualquier persona al formarse no sólo adquiere conocimientos y habilidades, sino que se capacita para ser parte integral de un grupo dinámico en el lugar donde trabaja, lleno de interacciones con las personas que le rodean», afirma Noguera.

Sin duda, la formación de profesionales en ejercicio es compleja por el peso de la experiencia previa y las diferentes expectativas cuando asisten a un curso. «Además, hay que tener en cuenta –continúa este experto- que en cuidados paliativos se trabaja con equipos multidisciplinares de diversa procedencia profesional, lo que añade un plus de dificultad en la realización de actividades docentes».

 

Formador de formadores

¿Cómo ha de ser un buen formador?

Un buen formador, además de tener excelentes conocimientos, ha de ser un gran comunicador, tener capacidad de empatía y poder adaptarse a la experiencia, situación y capacidad de los alumnos. También debe dominar las técnicas para dinamizar, motivar e implicar al grupo. Sin olvidar que debe saber planificar e implementar un curso o programa, conocer las pautas pedagógicas de comunicación más idóneas a cada perfil de alumnos y utilizar con eficacia los recursos didácticos.

«El buen docente debe ser capaz de intuir la capacidad de comprensión y cómo estimular el aprendizaje de aquellos a quienes se dirige; y de una forma dinámica, ser capaz, en una misma sesión, de hacerse entender y atraer la atención de todos sus alumnos, adaptándose al estilo y necesidades de cada uno de ellos», comenta el coordinador del curso.

Por ello, en Formación de formadores se repasarán diferentes estilos de aprendizaje y, a través de la reflexión sobre cómo aprendemos, se capacitará a los alumnos a descubrir cómo aprenden las personas que nos rodean. También se enseñará a analizar la interacción con un grupo durante una actividad formativa, sabiendo acompañar a los alumnos durante el proceso de aprendizaje, no imponiendo sino compartiendo y estimulando.

Así, durante el curso, se abordarán recursos y dinámicas (casos, simulaciones, diarios de aprendizaje, metodologías) y se profundizará en el uso del lenguaje verbal y no verbal y en cómo mantener la atención y el interés de los alumnos; sin olvidar el buen uso de los procedimientos igualmente, de impartición. Se darán a conocer herramientas para aprender a diseñar acciones formativas. El curso da una gran importancia a la puesta en común, con el fin de animar la participación para interiorizar el aprendizaje.

 

Formador de formadores

 Externalizar la formación o capacitar profesionales en la empresa

Diseñar un Plan de Formación adaptado a las necesidades reales de los trabajadores es fundamental para mejorar su capacitación profesional y, como consecuencia, la competitividad de la empresa.

En este sentido, las empresas del sector sociosanitario se han planteado en más de una ocasión qué es mejor y más rentable: que la empresa cuente con su propio equipo formador o externalizar la formación. Desde su experiencia, el subdirector médico del Hospital Centro de Cuidados Laguna, Antonio Noguera, reconoce que es una cuestión complicada: «No toda institución tiene capacidad para tener un recurso de estas características. Quizá lo más razonable sea tener a tus profesionales capacitados o, al menos, a algunos de ellos en habilidades de formación. No obstante, poder tener un experto depende del balance de necesidades y recursos de la empresa. Y lo más importante: no siempre hay que tener el recurso, pero sí hay que saber cómo recurrir a él en caso de necesidad».

Ventajas de contar con equipos de formadores integrados por el propio personal activo de la empresa:

• Mayor conocimiento de sus necesidades.
• Facilita que la experiencia de los trabajadores fluya de forma clara y organizada.
• Se aprovechan mejor los conocimientos de los profesionales.
• La creación de un equipo de formadores capaz de formar a los nuevos compañeros facilita su aprendizaje.
• Los profesionales más expertos pueden capacitar a los jóvenes.

Ventajas de externalizar la formación:

• Permite que la empresa concentre sus esfuerzos en las actividades clave de su negocio.
• Un profesional externo analiza y valora objetivamente las fortalezas y debilidades formativas que tienen los trabajadores de una empresa.
• Coste variable sin cargas de estructura. Adaptación del servicio según las necesidades de cada empresa.
• Profesionalización e independencia.
• Permite contar con una información actualizada de las subvenciones y la gestión de bonificaciones.

 

 Cómo mejorar las habilidades de un formador

Knowhow-Group (www.formaciondeformadores.com ) es una empresa que tiene como objetivo mejorar el nivel de formación en empresas, entidades públicas y privadas, escuelas y universidades. Algunos de los cursos más interesantes que imparte relacionados con la formación de formadores son los siguientes:

  • Cómo transformar las clases en amenas y participativas. Ideal para perder el miedo escénico y ganar empatía. Todos los formadores desean que sus clases sean amenas y participativas; sin embargo, no es fácil lograrlo y un tono de voz o ritmo monótonos pueden arruinar un curso de contenido interesante.
  • Mejorar las destrezas. Este curso ofrece la posibilidad de mejorar las destrezas didácticas de los formadores mediante técnicas de aprendizaje dinámicas, amenas y atractivas para el alumno. Además, ofrece instrumentos prácticos y sencillos para mejorar las tareas de planificación y evaluación de las actividades formativas.
  • Cómo fijar objetivos formativos. Determinar los objetivos de las acciones formativas es determinante. No obstante, muchos formadores eluden esta tarea, ya sea por la gran inversión de esfuerzo que implica o por desconocer una forma práctica de hacerlo. Pero si no se fijan objetivos, nunca se podrá evaluar si se han cumplido. Imprescindible para el profesional interesado en capacitar equipos de formadores.
  • El feedback como instrumento de aprendizaje. Una de las herramientas formativas más útiles para garantizar los logros de los alumnos es el feedback, mediante el que se puede corregir y estimular al grupo para mejorar su rendimiento. Con este curso, los participantes comprenderán la importancia del feedback y aprenderán las reglas esenciales para ponerlo en práctica.
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