Javier Benavente. Presidente de Alares

La atención integral en el domicilio: el modelo que funciona en la nueva realidad de vacunas

Javier Benavente. Presidente de Alares

La crisis del coronavirus ha puesto de relieve la necesidad de un cambio de los sistemas de cuidado. El modelo de atención integral en el domicilio supone un cambio de paradigma en los modelos de atención, donde además de tener a la persona como centro de las decisiones, ayuda a mejorar el mantenimiento de la salud y el envejecimiento activo. Este sistema lucha, a su vez, contra la soledad de las personas mayores y mejora su salud.

En primer lugar, es necesario profesionalizar la prestación de los servicios a través de la formación específica de profesionales cercanos al entorno de las personas usuarias. Considero que es el momento de contar con una regulación normativa del sector de los Servicios personales y domésticos, complementaria a la actual Ley de Autonomía Personal y Atención a las Personas Dependientes, para garantizar que cualquier persona, independientemente de la edad, situación económica, de salud o de donde viva, tenga acceso a los servicios domésticos y de cuidados que precisen en su vida diaria.

Esta regulación también implica acabar con la economía sumergida y ofrecer garantías de legalidad, transparencia y calidad. La atención domiciliaria holística puede convertirse en un pilar de recuperación económico en el escenario post-Covid-19. Este contexto debe contemplar la atención en los propios entornos, que genere una nueva conciencia social de economía de los cuidados.

Las actuales fórmulas de atención a mayores y dependencia no han dado respuesta a las necesidades generadas en tiempo y forma. Las personas mayores o dependientes deben poder elegir para un mismo presupuesto que le otorga la administración para sus cuidados, qué servicios quieren, cómo y dónde los quieren y quién se los debe dar. El sistema de concurso público no permite la elección del prestador y, por tanto, la calidad del servicio y la preferencia en trato y cariño recibido por la persona mayor no es objeto de elección del usuario.

Pero el mantenimiento del mayor en su entorno habitual y su domicilio no es solo una cuestión de elección de la persona, que en sí mismo ya es un paso imprescindible. Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), envejecer en un lugar conocido aumenta los niveles de confianza, independencia y autonomía.

Muchas de estas reflexiones las hemos compartido desde Alares en la III Jornada sobre Mayores y Dependencia del Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD). En definitiva, se trata de parar un minuto y pensar: “¿Dónde queremos avanzar en nuestro proceso de vida?” Seguramente, sin poner el filtro de la edad, muchos responderíamos que quisiéramos continuar en nuestros hogares, donde nos sentimos seguros y podemos seguir relacionándonos con nuestro entorno inmediato. Eso es lo que quieren muchas personas mayores para lograr un envejecimiento activo.

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