Encarna Martín Pérez. Servicio de Geriatría del Hospital San Juan de Dios de León.

La importancia del manejo nutricional en los pacientes con disfagia orofaríngea

La deglución es uno de los mecanismos neurológicos más complejos del cuerpo humano, consiste en “hacer pasar de la boca al estómago cualquier sustancia, sólida o líquida”. La alteración de este proceso, en cualquiera de sus pasos, se conoce como disfagia, siendo las enfermedades neurológicas, una de las causas más frecuentes, denominada como Disfagia Orofaríngea (DO).

La prevalencia de la DO es mayor de lo que se conoce, al tratarse de una enfermedad infradiagnosticada, infratratada y de severas complicaciones. Esta enfermedad va a dar lugar a dos tipos de complicaciones: por un lado, una disminución de la eficacia de la deglución, cuyas consecuencias serán desnutrición y deshidratación y, por otro lado, una disminución de la seguridad que dará lugar a complicaciones respiratorias como la neumonía aspirativa.

Más de la mitad de las personas que han sufrido un ictus tendrá problemas de disfagia. Pero no es la única causa que produce esta enfermedad, puede surgir en otras enfermedades o condiciones del paciente que dificultan la deglución, como son las enfermedades neurodegenerativas (demencias, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer, Esclerosis Múltiple), cirugía de cáncer de cabeza y/o cuello, etc. Otro factor importante asociado es la edad avanzada. La disfagia en el anciano suele ser de etiología funcional, localización orofaríngea y alta prevalencia: entre el 40 al 50 % de ancianos sufrirán DO, llegando hasta el 60 % en el caso de los ancianos institucionalizados.

Los alimentos para personas que presentan DO deben tener una textura adaptada que facilite su deglución. Los alimentos sólidos, generalmente, se dan en forma de puré, lo cual hace que los platos parezcan menos atractivos. Para ayudar a las personas con disfagia y sus cuidadores, Nutricia ha puesto en marcha la campaña #DisfrutaComiendoConDisfagia, que pretende concienciar sobre la disfagia y el infradiagnóstico de la misma. Esta campaña está teniendo difusión en las redes sociales (Twitter: @Nutricia_es e Instagram: @Nutricia_disfagia), en la web para pacientes y cuidadores www.disfagia-nutricion.es y a través de sesiones de concienciación en residencias de personas mayores, en las que se aborda el infradiagnóstico de la disfagia, cómo detectarla y cómo abordarla.

Coincidiendo con la semana de la disfagia, la campaña culmina con un concurso de recetas adaptadas a personas con disfagia que se ha desarrollado a nivel nacional. El concurso se ha llevado a cabo con la colaboración de la Fundación de Investigación en Gastroenterología (Furega), European Society for Swallowing Disorders (ESSD) y la Fundación Alicia.

 

Triple adaptación de la dieta 
Las complicaciones nutricionales y respiratorias de la DO son graves y frecuentes. Muchos pacientes presentan un estado nutricional comprometido, incluso, antes del diagnóstico debido a una ingesta insuficiente de alimentos durante un periodo largo de tiempo, provocado por esa deglución ineficaz. Por ello, las dietas indicadas para estos pacientes deben garantizar las necesidades calórico-proteicas con la textura, adaptada de forma individualizada y que evite el riesgo de aspiración. El incremento en la viscosidad del bolo mejora de forma significativa la seguridad y la eficacia de la deglución.

Esto se consigue mediante la triple adaptación de la dieta: adaptación de la textura de los sólidos y de la viscosidad de los líquidos; adaptación del contenido calórico y proteico; y  palatabilidad, gusto y sabor para proporcionar mejor calidad de vida. El uso de espesantes y suplementos nutricionales con la adecuada viscosidad adaptada, disminuyen el riesgo de broncoaspiración y garantizan una deglución segura y eficaz. Dentro de los espesantes, es importante tener en cuenta que aquellos basados en gomas amilasa resistentes mejoran el resultado terapéutico sobre los espesantes basados en almidón, al mantener la consistencia en el tiempo y reduciendo los residuos orofaríngeos.

 

Encarna Martín Pérez.
Servicio de Geriatría del Hospital San Juan de Dios de León.

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