«El coste de implantar servicios de geriatría en los hospitales es ínfimo comparado con los enormes beneficios que comporta»

Mejorar la gestión interna de la sociedad, con especial énfasis en la transparencia; impulsar la implicación y participación de los socios; y fomentar las relaciones institucionales con la Administración, las universidades y las asociaciones de personas mayores son los campos de acción que se propone desarrollar José Augusto García Navarro, nuevo presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) desde el pasado 14 de junio. Respecto a la atención sanitaria de las personas mayores, García Navarro entiende que el envejecimiento de la población “nos obliga a transformar el sistema de atención y esto incluye que en todos los hospitales haya servicio de geriatría”. Por eso, García Navarro y la nueva Junta Directiva destacan como uno de los principales retos para esta legislatura situar a la SEGG en todos los debates importantes sobre el envejecimiento, “como la atención sanitaria en los hospitales, especialmente allí donde se niega la geriatría como especialidad médica en la red pública, que son Andalucía y País Vasco”.

José Augusto García Navarro
Presidente de la SEGG

¿Qué supone, personal y profesionalmente, su nombramiento como presidente de la SEGG?
Supone una gran ilusión y una tremenda responsabilidad por representar a una sociedad científica interdisciplinar, que cuenta con 2.500 socios y que trata uno de los temas de mayor relevancia en España: el envejecimiento y los retos que plantea.

¿Cómo va a compatibilizar su actual trabajo con el desempeño de este nuevo cargo?
Con esfuerzo, dedicación y compartiendo el trabajo con la Junta Directiva que me acompaña, y que está formada por grandes profesionales en el campo de la geriatría y la gerontología.

También contaremos con la colaboración de los socios, a los que les pediremos una participación real en todas las actividades, no sólo en los congresos anuales.

¿Qué aportará a la SEGG esta nueva Junta Directiva?
Estoy acompañado de una Junta Directiva muy preparada, muy activa y muy comprometida y hemos obtenido el aval de una parte muy importante de socios, lo que eleva nuestro grado de compromiso.

Hemos planteado tres grandes campos de acción: la mejora de la gestión interna de la sociedad con un especial énfasis en la transparencia y la rendición de cuentas; el incremento continuo del nivel científico de la geriatría, la gerontología y las ciencias básicas, dando participación al mayor número de socios posible; y la mejora de las relaciones institucionales con la Administración, las universidades y las asociaciones de personas mayores.

También soy consciente de que estamos en un nuevo tiempo en lo referente a comunicación y a relación entre las personas, menos jerárquico y más conectado en red. Por eso, queremos que esta etapa en la SEGG sea muy poco presidencialista, muy poco del núcleo directivo y mucho de participación, de talento en red con el resto de socios, de transversalidad, de colaboración con otras profesiones y sociedades científicas, y de compartir conocimiento e inquietudes.

¿Qué retos se plantea para esta legislatura?
Nuestro principal objetivo es situar a la SEGG en todos los debates importantes sobre el envejecimiento que en estos momentos tiene nuestro país. Y uno de estos debates es el de la atención sanitaria a las personas mayores que se encuentran ingresadas en los hospitales, especialmente allí donde se niega la geriatría como especialidad médica en la red pública de atención sanitaria, que son Andalucía y el País Vasco.

También queremos participar en las mejoras de la atención sociosanitaria en nuestro país, que es una de las grandes áreas que necesitan de un apoyo decidido de las administraciones y de las sociedades científicas.

Y, cómo no, participar de forma activa en cómo afrontar el reto de las pensiones y de la soledad en los mayores. Así como empezar a abordar el pacto intergeneracional como elemento clave para dar respuesta al cambio demográfico que afrontamos.

¿Qué proyectos destacaría que estén desarrollando actualmente? ¿Y en un futuro próximo?
La SEGG, actualmente, dispone de un potente programa de formación a profesionales y a cuidadores que intentaremos potenciar durante los próximos tres años, porque entendemos que sólo a través de la formación podremos incrementar el nivel de atención a las personas mayores desde todos los puntos de vista.

Potenciaremos también la relación con el resto de sociedades científicas que tratan a las personas mayores en nuestro país, como las sociedades de cardiología, neurología, medicina interna, traumatología, medicina de familia, etc.

Sobre la presencia del Servicio de Geriatría en todos los hospitales públicos: ¿sigue siendo una prioridad? ¿En qué situación se encuentra esta tradicional reivindicación? 
Es una prioridad, porque se encuentra avalado por la literatura científica y por el sentido común. No se entiende que uno de los países con mayor envejecimiento del mundo (el primero o el segundo, según quién emite las estadísticas) no disponga de servicios de geriatría en todos sus hospitales.

En muchas comunidades autónomas se ha realizado una implantación parcial, pero especialmente en Andalucía y en el País Vasco, donde no se reconoce la geriatría en el sistema público, el planificador ha sucumbido a la presión de las especialidades médicas que no quieren perder terreno profesional.

Sería positivo que se diera un paso al frente para reconocer una evidencia: el envejecimiento de la población nos obliga a transformar el sistema de atención y esto incluye que en todos los hospitales haya servicio de geriatría.

Y, además, esto no excluye la participación de otras especialidades en el tratamiento de la persona mayor. Todas son necesarias y complementarias. El sistema mejora si se incluye la geriatría para acabar de cerrar el círculo de la atención y mejorar, especialmente, la atención de las personas mayores con dolencias muy complejas.

Como decía, sigue habiendo dos comunidades autónomas, como Andalucía y País Vasco, en las que la geriatría no está implantada. ¿Continuarán trabajando para conseguir este objetivo?
Seguiremos trabajando para que ambas entiendan que el coste de implantar servicios de geriatría en los hospitales es ínfimo, comparado con los enormes beneficios que comportan en la atención a la persona mayor enferma. Y, sobre todo, para que se atrevan a iniciar primero y liderar después esta transformación.

Ambos sistemas sanitarios, el andaluz y el vasco, son sistemas muy desarrollados y preparados profesionalmente. Referentes en nuestro país. El día que empiecen a implantar la geriatría, el resto del país tendrá dificultades para seguir su ritmo. Y espero que este cambio se realice en los próximos años.

El envejecimiento de la población es un logro social, pero también un desafío. ¿Qué propone para hacer frente a la cronicidad de las enfermedades, a la soledad de personas cada vez más longevas, etc.?
Es necesaria la participación de toda la sociedad y no sólo de los médicos. Intentaremos, desde la SEGG, implicar a las personas mayores a través de sus asociaciones para que entiendan que es necesaria su participación e implicación. Desde la comunidad, se puede empezar a implantar salud y a tratar la cronicidad.

 

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