Hacia la vida independiente de las personas con movilidad reducida

Investigadores del Grupo Life Supporting Technologies de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han diseñado y construido una casa conectada: Smart House Living Lab, un proyecto que demuestra cómo un entorno accesible permite la vida independiente de las personas con discapacidad. Las nuevas tecnologías aplicadas a la domótica conectan toda la casa y, mediante el uso del teléfono móvil y su sistema de reconocimiento de voz, una persona ciega o con movilidad reducida puede bajar la persiana del dormitorio o encender la luz de la cocina. Las personas con limitación en el habla o que les resulta difícil manejar un smartphone, también disponen de un sencillo sistema de comunicación y con tan sólo acercar su móvil con lector a unas tarjetas que llevan impresos unos pictogramas pueden controlar su entorno. Esta casa inteligente, además, es un laboratorio de investigación donde se realizan pruebas y se estudian nuevos prototipos. Todo un universo de posibilidades, que contribuye a construir una sociedad para todas las personas.

“La vivienda de una persona con discapacidad o movilidad reducida ha de ser arquitectónicamente accesible, sin barreras que impidan su acceso al entorno que le rodea. Además, todos los elementos de interacción deben encontrarse a su alcance y ser usables”, describe el investigador del Grupo Life Supporting Technologies, Juan Bautista Montalvá.

El origen de la creación del Smart House Living Lab se debe a la puesta en marcha del proyecto Centro de Investigación Experimental en Aplicaciones y Servicios de Inteligencia Ambiental (CIAmI), dentro del Plan Nacional Avanza. El Smart House Living Lab, situado en el jardín de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la UPM, pretende ser un referente nacional e internacional en cuanto al desarrollo práctico de aplicaciones y servicios en el ámbito tecnológico de la inteligencia ambiental (AmI). La casa ha sido diseñada por el propio Juan Bautista Montalvá, con la colaboración de otros investigadores y un fabricante de estructuras modulares.

Actualmente, el Smart House Living Lab se utiliza con dos fines principales. En primer lugar, como demostrador educativo y didáctico de cada una de las tecnologías y proyectos que se desarrollan en el Grupo Life Supporting Technologies; y, en segundo lugar, como infraestructura de desarrollo y pruebas de los nuevos prototipos. “En su desarrollo y pruebas participan directamente los usuarios objeto de los prototipos, que se encuentran en un entorno amigable, con la sensación de estar en su casa”, explica Montalvá. De esta manera, mejora la respuesta de los usuarios frente a los productos y servicios que prueban.

“Los principales criterios que se tuvieron en cuenta durante el desarrollo del laboratorio respetan los objetivos del diseño centrado en el usuario, eje fundamental del laboratorio, así como su implicación en el diseño y evaluación de la interacción con el entorno”, señala este investigador. Además, el diseño del laboratorio ha tenido en cuenta al más amplio espectro de la población, incluyendo tanto a personas mayores como con discapacidad. Esto ha sido posible al contemplar los principios del Diseño para Todos o Diseño Universal desde la etapa inicial del proyecto.

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