Avance de los cuidados paliativos para una muerte digna

Avance de los cuidados paliativos para una muerte digna

Según la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal), en España, más del 70 % o 75 % de la población va a pasar por un proceso de enfermedad avanzada que va a requerir de cuidados paliativos. Por tanto, es necesario desarrollar y mejorar la atención al final de la vida para conseguir una mayor calidad de vida de los pacientes y asegurarles una muerte digna, en función de sus preferencias, creencias y valores.

Pero, para garantizar este calidad en la atención, es preciso que los cuidados paliativos se reconozcan, por fin, como un área de capacitación específica y que exista una formación reglada y homogénea para los profesionales que van a desempeñar estos cuidados. Por otra parte, se debe prestar más atención y recursos a los cuidados paliativos domiciliarios, cada vez más demandados.

Durante 2017, en España fallecieron 424.523 personas y, de ellas, un 75 % precisaron cuidados paliativos. Sin embargo, 77.698 personas y sus familias no accedieron a cuidados paliativos especializados, pese a que su nivel de complejidad lo hubiese hecho necesario. Secpal y la Asociación Española de Enfermería en Cuidados Paliativos (Aecpal) advierten que la cifra de personas que siguen sin recibir cuidados paliativos en nuestro país va en aumento e inciden en la necesidad de que se creen los recursos necesarios para que los pacientes y familias que precisan atención al final de la vida tengan los cuidados que necesitan, los que se merecen y a los que tienen derecho para vivir ese proceso con dignidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) exige el derecho al acceso a unos cuidados paliativos de calidad, gratuitos y universales. El objetivo principal de esta asistencia, que debe ser activa y completa, es aliviar el sufrimiento severo de aquellas personas que padecen una enfermedad grave y terminal. Asimismo, pretenden mejorar su calidad de vida en la fase última de la enfermedad, y también la de sus familias y cuidadores. Y, en última instancia, deben proporcionar una muerte digna en función de sus necesidades, preferencias y valores.

Este sufrimiento no solo es físico, también puede ser psicológico, social y espiritual, por eso se requiere una atención integral por parte de equipos profesionales interdisciplinares, de los que formen parte médicos, enfermeras, psicólogos y trabajadores sociales, entre otros.

Evolución de los cuidados paliativos

Los cuidados paliativos se desarrollaron para cubrir las necesidades de los pacientes oncológicos, pero, actualmente, existen muchas personas con patologías no oncológicas (insuficiencia cardiaca respiratoria, hepática, renal, enfermedades neurodegenerativas como la demencia, esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad de Parkinson…) que son susceptibles de recibir este tipo de cuidados y ser incluidos en programas específicos.

De hecho, uno de los retos que plantean desde Secpal es potenciar los cuidados paliativos en pacientes no oncológicos. El inconveniente que existe, según explica el jefe del Servicio de Geriatría de Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid, Pedro Gil, es que “la evolución en este tipo de patologías es menos predecible que en el paciente oncológico, lo que dificulta la posibilidad de establecer un pronóstico y ser incluidos en este tipo de programas”.

“Aproximadamente el 30 % de los pacientes son ingresados en las Unidades de Cuidados Paliativos, son pacientes no oncológicos”

No obstante, el progresivo desarrollo de los cuidados paliativos está favoreciendo que cada vez más pacientes con estas patologías sean incorporados. En concreto, el doctor Gil asegura que, en su hospital, “aproximadamente el 30 % de los pacientes son ingresados en las Unidades de Cuidados Paliativos, son pacientes no oncológicos”.

En su opinión es muy importante identificar a las personas con necesidades de cuidados paliativos para dar cobertura a todos los pacientes que lo necesiten. En este sentido, considera que la formación e implicación de los profesionales es fundamental. Esta reivindicación coincide con lo que proponen desde Secpal. De hecho, su presidente, Rafael Mota, indica que “una formación homogénea y reglada sería garantía para una atención de calidad a nuestros ciudadanos”.

Pero el primer paso es avanzar en el reconocimiento de los cuidados paliativos como un área de capacitación específica (ACE), sostiene el doctor Mota. Actualmente, los cuidados paliativos no constituyen una especialidad ni están reconocidos como tal.

En cuanto a la formación, existe la posibilidad de una capacitación a través de los diferentes máster y formación en los diferentes ámbitos de los cuidados paliativos, pero no constituye una especialidad. El presidente de Secpal afirma que la universidad sería clave en la formación de los futuros profesionales, pero “a día de hoy son pocas las universidades que tienen implantada la asignatura de cuidados paliativos dentro de su currículum”. En la misma línea, el doctor Gil considera necesario “incluir la formación en cuidados paliativos como obligatoria en pregrado y ampliar la formación postgrado”.

Falta de equidad

En la última década se ha producido un aumento de recursos asistenciales dirigidos a los cuidados paliativos en todas las comunidades autónomas, si bien no todo lo que sería deseable para poder atender todas las necesidades. Además, el doctor Mota sostiene que este incremento de recursos ha sido muy desigual por regiones. De hecho, “la falta de equidad es uno de los problemas más preocupantes de la atención paliativa en nuestro país. No existen unidades suficientes. Hoy día recibir cuidados paliativos especializados dependerá del lugar donde uno viva”, advierte este experto.

Las personas que padecen una enfermedad avanzada y/o en fase final tienen que poder beneficiarse de unos profesionales formados y apoyados por equipos específicos. Para eso, Secpal y Aecpal consideran imprescindible una ley nacional que garantice la equidad y la atención a estos pacientes, indistintamente de donde vivan y reclaman que se contemple un presupuesto económico para la creación de recursos; que se acredite a los profesionales para que sean los más preparados quienes cuiden de los casos más difíciles; que lo hagan de forma precoz, no solo en los últimos días o semanas, y que se facilite a las familias el cuidado de sus seres queridos.

El doctor Mota es optimista y apunta que, entre los profesionales, cada vez existe una mayor concienciación sobre la necesidad de poner en marcha equipos y unidades de cuidados paliativos y que “pronto será la propia sociedad quién exigirá a las autoridades la atención paliativa como un derecho fundamental que tienen las personas con enfermedades avanzadas y en situación de terminalidad”.

 

 

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