El avance en la digitalización de la sanidad, una necesidad incipiente

El avance en la digitalización de la sanidad, una necesidad incipiente

La pandemia por el COVID-19 ha supuesto un impulso decisivo para la tecnología y una oportunidad para acelerar el desarrollo de digitalización de la sanidad. Durante estos meses, la telemedicina ha mostrado su potencial para una atención del paciente efectiva y segura y el uso de inteligencia artificial o el big data se destacan como herramientas fundamentales que deben generalizarse e integrarse en los procesos de prevención, valoración, toma de decisiones e innovación del sistema sanitario.

Sin embargo, aún quedan algunos inconvenientes que salvar, sobre todo, cuestiones éticas y jurídicas, que son las que permitirán que pacientes y profesionales confíen en este nuevo sistema de atención. ¿Estamos preparados para esta nueva realidad tecnológica?

En estos últimos meses, la tecnología ha sido una gran aliada de la sociedad, en general, y del sistema sanitario, en particular. La pandemia ha situado a la telemedicina en primer plano, como medida para ofrecer continuidad asistencial a los pacientes crónicos. Y, aunque ya estaba implantada de manera residual, se ha tomado conciencia de la importancia del desarrollo de este modelo de atención en un corto plazo de tiempo.

La digitalización es clave para el avance y transformación del sistema sanitario en este nuevo escenario. Por ello, la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) considera necesaria una estrategia nacional de salud digital, “para una transformación del modelo sanitario focalizado en la prevención, la Atención Primaria y la salud pública, que refuerce la relación entre profesionales y pacientes y aporte el valor añadido de la digitalización”, sostuvo su presidenta, Mª Luz López-Carrasco, en la cumbre empresarial organizada por la CEOE bajo el título Empresas Españolas: Liderando el Futuro. Esta digitalización, en su opinión, es uno de los pilares en los que se debe trabajar para salir de esta crisis. Pero aún queda mucho por hacer si se quiere implantar correctamente.

Índice Fenin de Madurez Digital en Salud

El estudio Índice Fenin de Madurez Digital en Salud, realizado por Fenin, en colaboración con la Fundación Cotec para la Innovación, determina que la madurez digital general de los Servicios de Salud es baja. A esta conclusión han llegado después de analizar el grado de desarrollo e implantación de herramientas, modelos y servicios digitales en el ámbito de los servicios de salud de las comunidades autónomas desde cuatro perspectivas:

• El empoderamiento de la ciudadanía/paciente.
• La disponibilidad de herramientas/servicios de salud digital para el profesional clínico.
• La evaluación del avance tecnológico de la infraestructura IT (servidores, almacenamiento, networking y seguridad) de las organizaciones sanitarias para desarrollar nuevos servicios de salud digital.
• Las herramientas de análisis de datos para la toma de decisiones aplicado a la gestión sanitaria/planificación, gestión de la salud poblacional, salud pública-epidemiología e investigación.

Hay aspectos más desarrollados como las infraestructuras IT y los servicios digitales para profesionales, pero otras que no llegan ni un nivel básico como los servicios digitales para pacientes y los sistemas analíticos. En algunos servicios el nivel de desarrollo es alto, como es el caso de la gestión de citas, el acceso a la historia clínica electrónica por parte de los profesionales o la prescripción electrónica. Sin embargo, existen muchas otras áreas de la salud digital donde apenas se alcanzan unos mínimos, penalizando, por tanto, el índice de madurez global.

Por esta razón es necesario profundizar y trabajar en la transformación de un mayor número de servicios y procesos digitales, que permitan desarrollar nuevos modelos de prestación de asistencia sanitaria, especialmente orientada a la gestión de la cronicidad y el envejecimiento activo y saludable de la población.

Una de las conclusiones más destacadas del estudio en referencia a los servicios digitales para profesionales es la necesidad de replantear un modelo de incorporación de nuevas tecnologías a los procesos asistenciales. “Es preciso dejar de gestionar las TIC como un fin en sí mismo y considerar que las herramientas digitales deben estar al servicio de ciudadanos, profesionales y gestores. La experiencia del usuario ha de orientarse a conseguir humanizar la tecnología, para acercar más al profesional y al paciente y proporcionar mayor calidad de vida. La tecnología debe permitir a los profesionales dedicar más tiempo y de mayor calidad en la atención al paciente”, indica el informe.

También se constata que, a pesar del desarrollo de los sistemas de comunicación personales y las redes sociales, todavía no están muy implantados los modelos de información e interacción no presencial entre profesionales sanitarios y pacientes. Tampoco están muy instaurados los sistemas de telemonitorizacion en España. Por tanto, se deben dar pasos firmes en el despliegue de estas herramientas.

Barreras en la transformación digital

Otra cuestión a resolver, según el informe de Fenin, es la gran barrera que existe en la transformación digital motivada por el gran número de aplicaciones específicas y departamentales, de carácter monolítico y estructurado en silos de información, y que requieren mucho esfuerzo para evolucionarlas tecnológica y funcionalmente. “Sería recomendable continuar desarrollando estrategias de mejora de la gestión de los procesos de gobierno de las TIC, extendiendo el uso de metodologías tipo ITIL”, apuntan en el estudio de Fenin.

Unos de los grandes retos que refiere el Índice Fenin de Madurez Digital en Salud son los sistemas analíticos porque, aunque los datos han pasado a ser el componente fundamental para el desarrollo de soluciones de salud digital, estos todavía residen en un alto número de bases de datos y plataformas distintas no siempre bien integradas: “La incorporación de soluciones analíticas a todos los niveles representa una de las asignaturas pendientes para los servicios de salud y, aprovechando el enorme potencial de la inteligencia artificial, se deben mejorar y desarrollar tanto sistemas descriptivos como predictivos y prescriptivos”.

Apuesta por la telemedicina

En la nueva era poscoronavirus, la actividad no presencial será una realidad. Por tanto, los expertos consideran que, a corto plazo, la salud digital se orientará a la telemedicina, la monitorización remota de pacientes y los self-test, lo que revertirá en una mejor atención.
Durante la pandemia, los profesionales sanitarios de todas las especialidades han debatido sobre las ventajas de la telemedicina. “La telemedicina contribuye a mejorar la salud: reduce el tiempo en el manejo de la enfermedad y el gasto, aumenta la eficacia y favorece el seguimiento”, concluyeron especialistas en este tema en el I Congreso Virtual Digestivo de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD).

No obstante, para conseguir llevar a cabo la telemedicina en la práctica clínica se necesitan disolver dificultades que todavía existen, en parte, entre el propio personal sanitario, por el miedo del paciente a ser controlado por una aplicación; a nivel legal, porque no existe normativa; económicamente, por la inversión que supone a corto plazo desarrollar e implementar herramientas, y, a nivel administrativo y de interoperabilidad, para que no suponga duplicar el trabajo.

También la falta de atención para la educación en salud digital es otra de las barreras que existen para poder desarrollar la telemedicina. Y es que “para conseguir que una herramienta de telemedicina funcione es importante que haya sido testada y validada por los pacientes previamente, para evitar que dejen de usarla por dificultades o por sentir que no les aporta lo que necesitan” comenta la doctora Mariam Aguas Peris, especialista en Aparato Digestivo durante su intervención en el I Congreso Virtual Digestivo.

Mayor interés de los pacientes por la telemedicina

Como consecuencia de la pandemia, el interés por la telemedicina ha crecido entre los profesionales, pero también en los pacientes. Así lo pone de manifiesto el último estudio Cigna COVID-19 Global Impact: “Más de la mitad de los españoles (57 %) optaría por acceder a consultas médicas online si tuviese la oportunidad”.

La posibilidad de acceder a la atención sanitaria desde cualquier lugar ha sido una de las ventajas de la telemedicina que más ha destacado en los últimos meses, demostrando que tiene un papel clave en la salud y bienestar de las personas.

Como muestra este informe, el principal empleo que darían las personas a la telemedicina es el de realizar consultas médicas acerca de patologías o síntomas leves, tales como resfriados, dolores de estómago o erupciones cutáneas. Otros usos principales de la telemedicina en los españoles serían la posibilidad de obtener prescripción de recetas, contar con asesoramiento médico, acceder a terapia psicológica online, realizar seguimiento de patologías o mejorar el estilo de vida.

La e-Health Medical Manager en Cigna España, María Sánchez, afirma que los pacientes son cada vez más conscientes de la digitalización en cuanto al cuidado y bienestar, “por lo que parece más fácil prever que los interés por gestionar su salud a través de la tecnología no dejará de crecer en los próximos años”. No obstante, matiza que el aumento de esta demanda se producirá “siempre y cuando se incida en la reducción de la brecha digital entre el ámbito urbano y rural, y se supervise que todas las soluciones cumple escrupulosamente con las regulaciones de la GDPR (Reglamento General de Protección de Datos)”.

Retos éticos de la telemedicina

El desarrollo de la tecnología en el ámbito sanitario plantea retos éticos en la práctica clínica, que deben resolverse si se pretende que profesionales y pacientes confíen en la tecnología, y el sistema sanitario pueda beneficiarse de todas las ventajas que ofrece.

En este sentido, la Comisión Central de Deontología del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) ha elaborado un informe abordando las consideraciones éticas en relación a la telemedicina en el acto médico.

Este texto recoge los objetivos de la e-consulta entre los que destaca su importancia para aprovechar las ventajas técnicas y resolutivas que ofrecen las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) y de la Inteligencia Artificial (IA), así como para evitar riesgos y desplazamientos innecesarios a los pacientes.

Intentar que los pacientes tengan la posibilidad y se sientan conectados a sus médicos en caso de necesidad y favorecer la respuesta del médico, a dudas, revisiones o cambios en el estado de salud de los pacientes, es otro de los objetivos prioritarios de la telemedicina
Por ello –destaca– es relevante considerar siempre la relación beneficio/riesgo de cualquier decisión, ponderando de forma idéntica o similar el beneficio con el menor riesgo para la salud y para los pacientes, lo que sin duda reforzará la relación médico-paciente.

También es una exigencia ética adaptar la actividad clínica aprovechando al máximo las opciones y oportunidades que ofrecen las TICs y la IA, que no solo tienen un dinamismo vertiginoso, sino que el estado actual sanitario provocado por la pandemia obliga a utilizar al máximo.

Otro de los objetivos descritos en este informe se centra en consensuar desde la profesión médica, lo que se debe y no se debe hacer. El desarrollo tecnológico y en especial de las TICs y la normalización social de sus usos y aplicaciones obligan a actualizar las normas deontológicas vigentes.

¿Qué esperan los pacientes de la e-Salud?

Dr. Jose Luis Baquero Úbeda. Director y coordinador científico del Foro Español de Pacientes

Dr. José Luis Baquero 
Director y coordinador científico del Foro Español de Pacientes
Las tecnologías en comunicación están transformando la atención sanitaria y sociosanitaria, de forma paulatina e irreversible. Solo el ritmo tendrá que adaptarse a las necesidades reales y posibilidades de los usuarios.

La e-Salud tiene dos componentes en el Sistema, la interna y la externa. La primera permite gestionar una atención a un cada vez mayor número de usuarios, su racionalización, la conexión entre los profesionales, el análisis de resultados, la transparencia, la inteligencia artificial, el big data y su aprovechamiento, etc. La segunda, en gran medida capitalizada por las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs), son un magnífico complemento a la atención siempre que sean diseñadas de forma multidisciplinar incluyendo a los representantes de los usuarios para responder a sus necesidades, con el foco realmente en satisfacer necesidades reales insatisfechas, adaptadas a sus posibilidades.

Si bien esta tecnología se justifican también en base a argumentos económicos como el de coste-eficiencia, no debe ser este el principal, sino aportar valor y calidad al usuario final.
Así mismo, dentro del término E-Salud debemos considerar las redes sociales, tan accesibles pero a la vez tan peligrosas por la impunidad en la expansión de bulos, informaciones sesgadas de tinte ideológico, falta de orden y explicación adecuada, etc. ; que nos hace solicitar a los profesionales e instituciones, la “prescripción” de fuentes de información fiables, así como de las organizaciones de pacientes y representantes de los usuarios concretamente como fuentes de apoyo; así como unirnos todos al movimiento #SaludSinBulos, en favor de una comunicación fiable y efectiva.

Carina Escobar. Presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes.

Carina Escobar
Presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes.
Lo que realmente nos interesa de la tecnología es cómo podemos utilizarla para que nos permita ofrecer herramientas al paciente que le ayuden a gestionar mejor su o sus patologías.

Además de proporcionar información inmediata sobre salud y poder registrar parámetros relacionados con la patología para un mayor control de esta, la tecnología y especialmente el big data y la inteligencia artificial tienen un enorme potencial en el campo de la investigación, y para profundizar en lo que se conoce como medicina personalizada.

La aplicación de estas técnicas permite inferir una capa de inteligencia, que permita la aplicación de modelos predictivos que ayuden a anticiparse a las necesidades sanitarias y que ofrezcan una atención médica más eficaz al paciente.

La tecnología refuerza la relación entre el paciente y el profesional sanitario. Debemos potenciar la teleconsulta como modelo de atención permanente, siempre que sea posible y sin que ésta suponga la eliminación de la consulta presencial, pues nos va a permitir agilizar y dar respuesta a la demanda de una forma más eficiente.

A día de hoy seguimos trabajando en silos, divididos en territorios, ámbitos de actuación profesionales, centros de trabajo diferenciados. Necesitamos implementar un modelo colaborativo a través de la tecnología, realmente centrado en el paciente, que nos permita utilizar toda la información en salud que estamos generando y almacenando. Pedimos medir resultados en salud, que se puedan compartir entre comunidades autónomas y se comuniquen con los servicios sociales.

 

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